Related Posts with Thumbnails

lunes, 25 de octubre de 2010

De Zara y otras copias

votar
Dicen que el mérito de Zara fue democratizar la moda.

Lo cierto es que como eufemismo, no está nada mal, teniendo en cuenta que su funcionamiento y su éxito se basan en la copia. Bueno, obviamente, no sólo en la copia, sino también en otras cosas, como la optimización absoluta de la producción (aunque sea pasando por encima de sus proveedores o deslocalizando gran parte de la producción a países del tercer mundo con dudoso respeto por los derechos humanos). Pero la copia forma parte intríseca de su modelo de negocio (los famosos cool hunters de Inditex, en lugar de perder su tiempo paseando por la calle Fuencarral, lo utilizan en fotografiar los escaparates de Milán); y no cabe duda de que, prescindiendo del diseño propio, se reduce notablemente el riesgo del negocio (vamos a lo seguro) además de todos los costes asociados al mismo.

De la misma forma, posiblemente deberíamos decir que el mérito de China está siendo democratizar todas las marcas de lujo del mundo. Y es que gracias a ellos, cualquiera puede llevar un bolso Luis Vuitton, una cartera Loewe o un reloj Tag Heuer, lo que, de otra forma, sería absolutamente impensable para prácticamente nadie.

Es cierto que estoy obviando la diferencia entre copia y falsificación. Mientras que Zara se "inspira" en los diseños de otros para lanzar líneas de ropa con su propia marca (lo de "inspirarse" entiéndase como una ironía), los chinos directamente venden productos exactamente iguales al original (hasta en la marca). ¿Es esto menos lícito? Bueno, desde mi punto de vista de consumidor, mientras sepas en todo momento lo que estás comprando, la situación es similar (impuestos aparte); claro que quien piense que puede comprar un Tag Heuer de 6000 euros por 60, y que es auténtico, es que se merece lo que le pase (timo de la estampita, se llamaba antes).

Por otro lado, hay una reflexión que deberíamos hacernos, y es si el bolso falsificado que compro en el mercadillo, o el reloj que compro en Chinatown no tienen una relación calidad - precio infinitamente mejor que los originales. Salvando el tema del diseño (que en ambos casos es exactamente el mismo), las calidades, acabados, materiales, etc son, evidentemente, diferentes pero... ¿acaso tan diferentes? Si el reloj que le compro al chino me dura cinco años, ¿me va a durar el original quinientos años? En un mundo empresarial, además, donde los recortes de gastos son cada vez más el punto clave, ¿no será cada día más estrecha la separación real entre original y copia? Reconozco que a veces he llevado, de la misma marca de ropa, prendas auténticas y otras falsificadas... y la verdad es que no he visto la diferencia en la calidad.

Parece claro que el factor determinante es, simplemente, el diseño. Entonces, ¿por qué, en lugar de quejarse, no se buscan soluciones para que los diseñadores participen de los beneficios obtenidos por las falsificaciones? Parecería lógico que esos falsificadores masivos compartieran con ellos una parte de sus, sin duda, pingües beneficios.O tal vez esos diseñadores deberían darse cuenta de que ya no son capaces de mantener la exclusividad absoluta que pretenden fijando esos precios, y buscar otras estrategias de comercialización.

Y es que posiblemente en China estas empresas de falsificación estén tan bien (o tan mal, según por quién) consideradas como aquí lo está Zara, aunque no se les vea tanto.

Si te ha gustado el post, te agradecería que lo votaras aquí:

votar

Facebook Twitter Meneame iGoogle My Yahoo My Live

Relacionado:
¿Quién gana y quién pierde con el intercambio libre de archivos en red?

Prohibido (no) prohibir 
¿Por qué penaliza Apple a los early adopters?
¿Por qué son tan complicados los impuestos?

martes, 19 de octubre de 2010

Pantoja, Esteban, fama y ambición

votar
Acabo de escuchar (por n-ésima vez, lo reconozco) una canción de Sabina de hace un montón de años que me encanta; se llama "Qué demasiao" y habla de un tipejo marginal ("tatuado y suburbial, hijo de la derrota y el alcohol") que después de cometer un montón de tropelías termina con dos (no, creo que eran seis) tiros en el cuerpo, pero encantado porque "de esta me sacan en televisión". Se nota que tiene un montón de años porque, siendo de Sabina, soy capaz de entender de qué va (con las de ahora es imposible).

Pues no sé por qué, pero al oir ese final me acordé de Belén Esteban, y el último circo mediático (qué bonita expresión) en el que anda metida; bueno, seguramente se metió hace muchos años (ni ella se acordará de cuántos) y aún no ha sido capaz de salir."La princesa del pueblo", la llaman aquellos que están gestionando su nueva carrera mediática, entiendo que por su capacidad para hacer que el público empatice con ella y sus problemas... esos problemas cotidianos, cercanos, casi vulgares; por algún motivo, atractivos. Su cara demacrada por la mala cirujía y la enfermedad crónica.

Y también me acordé de Isabel Pantoja y sus recientes desfiles de moda delante de los juzgados. Acosada por el populacho y los periodistas carroñeros (dicho sea sin ánimo de ofender... lo de "periodistas", quiero decir), con su cara de circunstancias, fría, sus sempiternas gafas grandes y oscuras de avezada jugadora de póker; esa pose calculada al milímetro que transmite justo lo contrario que el caso anterior: ausencia total de empatía. Lejanía. Superioridad. Cara perecta, seria, implacable.

Parece que Telecinco hizo una encuesta hace unas semanas cuyo resultado apuntaba a que, en caso de presentarse a las próximas elecciones generales, Belén Esteban obtendría un escaño. He hecho referencia a este hecho varias veces en este blog, siempre mostrándome en contra... pero he recapacitado. Después de todos los casos de corrupción política que se están destapando en los últimos años, creo que Belén Esteban no es menos que esa gentuza, y que tiene todo el derecho a presentarse, y a conseguir su escaño. Posiblemente eso sólo beneficie a este país en el hecho de que, como el número de diputados es finito, alguno de los otros se quedará fuera... y eso que nos ahorramos. También nos beneficiará el hecho de que sabemos de dónde saldrán los fondos para su campaña (de Telecinco, claro), y de que tampoco causará más daño en el parlamento del que pueda estar causando ahora en las tertulias a las que asiste.

Obviamente, la Pantoja no conseguiría nunca ese escaño. El público quiere verla en la arena del circo, sudando, sufriendo, peleando por toda la buena vida que ha llevado... aunque parte de ello lo haya conseguido con un trabajo legal y digno, como es el de cantante (mejor no hablemos de "la otra parte").

Seguramente hay que estar hecho(a) de una pasta muy especial para pasar por todo lo que están pasando estas dos personas (igual hemos olvidado que son personas) para conseguir sus metas comunes: fama, reconocimiento, cómo no, dinero. Entiendo lo último, el dinero, pero, ¿qué ganan realmente con la fama? ¿qué beneficio les comporta salir en televisión todos los días? ¿obtienen alguna ventaja real, sustancial, del hecho de estar, como suele decirse, "en boca de todos"? ¿No son mayores los inconvenientes de estar bajo "la lupa" de la prensa de manera constante?

El sufrimiento de la Esteban vs. el sufrimiento de la Pantoja. Cara y cruz. Héroes o villanas. Pasen y vean.

Si te ha gustado el post, te agradecería que lo votaras aquí:

votar

Facebook Twitter Meneame iGoogle My Yahoo My Live

Relacionado:
La escopeta nacional

Se les gastó el morbo de tanto usarlo 
No me gustan los toreros

viernes, 15 de octubre de 2010

¿Redes saturadas o avaricia desmedida?

votar
Últimamente estamos recibiendo el mensaje (iba a escribir "subliminal", pero creo que no aplica) por parte de la autoridad tecnológica... ups, perdón, quería decir "por parte de las operadoras de telecomunicaciones" (en qué estaría yo pensando) de que nuestras redes están saturadas porque hacemos un uso excesivo y abusivo de ellas.

Creo que el tema merece una pequeña reflexión: las empresas prestatarias de un servicio se quejan porque los "usuarios" "hacen uso" del mismo (valga la redundancia). Como, así a priori, la situación suena un tanto absurda, debe ser que estamos entendiéndolo mal... ¿Hacemos un uso del servicio por encima de las condiciones contratadas (y pagadas)? No... hacemos un uso inferior a las condiciones contratadas porque, hete aquí, nunca recibimos lo que hemos comprado sino bastante menos. Una situación no por legal menos abusiva, parecida al overbooking en el sector turístico.

Entonces, si utilizamos el servicio menos de lo que hemos contratado, ¿cómo es posible que aún así las operadoras se quejen de que vamos a terminar saturando la red? ¿cómo es posible que le echen la culpa a los proveedores de contenidos por estar ¡¡estimulando la demanda!!? La respuesta es fácil: porque todas las operadoras llevan cuatro o cinco años minimizando (cuando no directamente congelando) sus inversiones en infraestructura de red. Así, es entendible que, ante un crecimiento de la demanda, la red esté cada vez más cerca de sus límites.

Y, ojo, no estoy hablando sólo de Telefónica. La operadora incumbente es el blanco más fácil (por grande), pero no el único. Es cierto que su red la pagamos entre todos los españoles cuando era una, grande y de (casi) todos... pero también es cierto que durante los últimos años ha estado obligada a alquilar esa misma red al resto de operadoras en condiciones que permitían el desarrollo de la competencia. Lo que ocurre es que, en lugar de aprovechar esa oportunidad para invertir en redes propias o complementos a la de Telefónica, el resto de operadoras se han dedicado a recoger el beneficio a corto plazo, sin invertir, sin ofrecer un servicio diferenciador, sin aportar ningún valor al mercado; se han convertido en simples revendedores de Mbps.

Ante esta situación, ¿qué se le ocurre a las operadoras? Pues echarnos la culpa, por un lado, a los usuarios (por usar), y, por otro, a los proveedores de contenidos y servicios en red (por proveer), y plantear que se les compense de dos formas:
  • Eliminando las tarifas planas de acceso, cosa que pueden hacer cuando consideren, por otro lado; simplemente deben crear una nueva tarifa, con un coste inferior a las actuales, para "light users", dejando las tarifas planas para los "heavy users". Ah, que eso ya lo hicieron y no les dió resultado... entonces supongo que pretenderán dejar las tarifas planas para los "light users" y forzar a los "heavy users" a un modelo de pago por uso. Son tontos, ellos...
  • También quieren parte del pastel de empresas como Google o Facebook, aunque sus peticiones suenen a pataleta de niño envidioso que ve cómo su amiguito consigue un trozo más grande de tarta. Pero no olvidemos que las operadoras ya hicieron sus "pinitos" en el tema de contenidos (¿nadie se acuerda ya de Villalonga?) con más pena que gloria, por cierto.

Sin embargo, ¿no disponemos actualmente de tecnología para resolver esta saturación? Por supuesto que sí, lo que ocurre es que cuesta dinero. ¿No estamos pagando suficiente por nuestros accesos a las redes fijas? Por supuesto que sí, especialmente en este país, donde el ADSL es el más caro de Europa. ¿No ofrecen las operadoras suficiente rentabilidad para abordar estas inversiones? Tal vez no todas (Telefónica, sí)... pero las que no lo hagan deberían revisar la competencia de sus directivos o, alternativamente, dedicarse a otra cosa (igual hay que recordar a ciertos accionistas que no es obligatorio tener una licencia de telecomunicaciones).

Me preocupa sobremanera qué posición tomará el regulador ante esta ofensiva de las telefónicas. Me preocupa que las grandes empresas hagan valer una vez más su fuerza, a costa de los consumidores. El único consuelo que me queda es pensar que, al menos por ahora, no parece haber gran acuerdo entre operadoras y proveedores de contenidos... pobres de nosotros cuando lo haya...

Si te ha gustado el post, te agradecería que lo votaras aquí:

votar

Facebook Twitter Meneame iGoogle My Yahoo My Live

Relacionado:
La escopeta nacional

Huelga, huelga, huelga, huelga general 
¿Quién gana y quién pierde con el intercambio libre de archivos en red?
¿Obsesión? por la privacidad en la red
¿Alguien sabe por qué escribimos blogs?

miércoles, 13 de octubre de 2010

Banderas y más banderas

votar
Hace algún tiempo que pensaba publicar este post, y acabo de darme cuenta que, después del desfile de ayer y de las reflexiones al respecto que estoy leyendo en la prensa y los blogs (ya sabéis, los silbidos a los políticos y todo eso), creo que este es el momento de abrir el debate sobre las banderas...

Y es que esos dichosos trapejos de colores lo único que nos han traído y siguen trayendo son problemas a todos... así ha sido desde que alguien decidió que estaba más interesado en diferenciarse del vecino que en parecérsele, y pintó colorijos en su casa. Y aún peor es quien haya inventado los himnos... a ese habría que colgarle por los pulgares (si de algo me siento orgulloso en cuanto a himnos, es de que -teóricamente- me representa uno sin letra... eso que nos ahorramos); misma reflexión para los desfiles (os recomiendo la lectura de la columna de Trueba de hoy).

Parece que estamos viviendo útimamente una auténtica exaltación del sentimiento patrio (cada uno el suyo, claro), bien sea por el mundial (¿qué mundial? el de fútbol, hombre), bien por la sentencia del estatut de Cataluña, externalizándolo principalmente en forma de banderas colgadas por doquier (cada uno la que considera suya, claro). Entiendo que el tema deportivo no hay que extrapolarlo más allá de lo razonable, pero lo cierto es que este mismo espíritu generado por otros motivos (políticos, económicos…) me habría parecido altamente preocupante.

Personalmente opino que este tipo de sentimientos, no sé si llamarles “grupales”, si bien estrechan lazos entre algunos pequeños grupos sociales, también rompen los lazos con el resto de la sociedad; por decirlo de otra forma: unen a unos pocos separándoles del resto. Y las banderas, los himnos, no me parecen otra cosa más que la manifestación de estos sentimientos localistas, anacrónicos. Y no me gusta ninguna manifestación dirigida a separar…

Insisto: no tengo nada en contra del seguimiento y el apoyo a los deportistas que, por el motivo que sea, nos resulten más simpáticos; sea la selección nacional o el club de fútbol de turno; sea Nadal, Contador o Fernando Alonso (sea Federer, Amstrong o Vettel). Todos podemos vibrar y emocionarnos con estas situaciones y, al volver a la calle, a nuestra vida diaria, continuar sintiéndonos parte de un todo, sin despreciar a otros por haber nacido a cinco mil kilómetros de distancia.

Una de las cosas buenas que nos trae la globalización, y que debemos continuar desarrollando, es precisamente la disminución de este tipo de sentimientos. Me encanta que un montón de gente, de todas partes, no sólo de mi país, sea capaz de leer este blog, aunque esté escrito desde un sitio concreto. Creo que esto ayuda a que nos entendamos mejor, y, por tanto, a reducir fricciones lo que, sin duda, será positivo.
Ciudadanos del mundo.

Si te ha gustado el post, te agradecería que lo votaras aquí:

votar

Facebook Twitter Meneame iGoogle My Yahoo My Live

Relacionado:
La escopeta nacional

Donde las toman, las dan 
¿Por qué seguimos descentralizando el estado?
Prohibido (no) prohibir
¿Realmente importa dónde has nacido?
¿Y a quién demonios le importa el estatut?

lunes, 11 de octubre de 2010

¿Huelga o denegación de servicio?

votar
Como sabéis, desde este blog apoyé la huelga general, por los motivos que explico en este otro post. Y lo hice porque consideré que este país estaba necesitando algún tipo de movilización, algún tipo de manifestación popular que mostrase públicamente el descontento arraigado en casi todos los sectores de la sociedad (por fin estamos de acuerdo en algo). Porque son ya demasiados despropósitos, uno encima de otro.

Obviamente, en mi modesta opinión, la huelga no ha sido precisamente un éxito. El bajo seguimiento, no por esperado menos desalentador, debe hacernos pensar y recapacitar sobre cómo debemos afrontar este tipo de situaciones en el futuro. Creo que no se consiguió dar una idea de unidad, ni de fuerza, ni de convicción, ni se consiguió advertir a nuestros dirigentes (los oficiales y los no oficiales) sobre las consecuencias de seguir por este camino.

Y como el sentir de la sociedad no se corresponde con esta respuesta, el problema (uno de los problemas) puede estar en la forma elegida para manifestarlo, en que el concepto "huelga general", tal y como lo conocemos y utilizamos ahora mismo, tiene poco futuro (de hecho, parece que no tiene ni presente). Los trabajadores cada vez están menos dispuestos a perder un día de salario, y máxime si tienen la incertidumbre de si va a ser útil o no (volviendo la vista atrás, ¿alguna huelga general ha hecho rectificar a algún gobierno anterior?). Así que no vale ni como advertencia, ni como castigo...

Esta situacion hace que debamos comenzar a buscar formas alternativas para manifestar nuestro descontento, de forma eficiente y contundente ¿Cómo podemos decirles a nuestros dirigentes, de una manera realmente efectiva aquello de "por ahí no sigas"? ¿Cómo podemos castigar a los auténticos provocadores de esta situación?

Estos días he estado leyendo artículos y posts sobre este tema y he encontrado algunas ideas: huelga a la japonesa, huelga de consumo, elecciones anticipadas, recogida de firmas, manifestaciones... bueno, son alternativas. Sin embargo, una opción que ha demostrado recientemente su viabilidad son las cyberprotestas. El ejemplo más claro que podemos encontrar recientemente ha sido el ataque DDOS de hace unos días a las webs de la SGAE y el Ministerio de (in)Cultura (a quienes el diablo confunda), que ha conseguido generar una expectación y una publicidad más que notable, con unos daños colaterales mínimos o nulos.

Este ataque, llevado a cabo por multitud de usuarios de manera coordinada, y sin otra intención que protestar contra la política del gobierno en lo tocante a derechos de autor e intercambio de archivos en la red, ha tenido una gran repercusión social y mediática. Seguramente, si analizáramos la relación entre la repercusión obtenida frente al esfuerzo invertido en organización y ejecución de la protesta, nos saldría muchísimo mejor que el mismo cálculo hecho para la huelga general.

Desde luego, como ocurre con casi cualquier novedad, hay voces a favor y voces en contra, personas y personajes que apoyan este tipo de movilizaciones, y otras que no. Os invito a leer este post del blog de Enrique Dans, donde se posiciona claramente a favor de este tipo de propuestas y vaticina un incremento de las mismas en los próximos tiempos.

Como casi siempre en estas situaciones, no parece haber una respuesta clara. Sí está claro, sin embargo, la necesidad de abrir el debate sobre nuevas formas de manifestación y protesta cuanto antes. Es necesario que toda la sociedad y especialmente los llamados "agentes sociales" se replanteen continuar con estrategias de protesta y presión del siglo pasado que movilizan cada vez menos a la población y tienen un impacto tendente a cero sobre los gobiernos.

Si te ha gustado el post, te agradecería que lo votaras aquí:

votar

Facebook Twitter Meneame iGoogle My Yahoo My Live

Relacionado:
Huelga, huelga, huelga, huelga general

¿Quién gana y quién pierde con el intercambio libre de archivos en red? 
¿Obsesión? por la privacidad en la red
Intercambio y préstamo en 2022

miércoles, 6 de octubre de 2010

La escopeta nacional

votar
Cuando oigo la expresión "país de pandereta", refiriéndose a "ésta nuestra comunidad", suelo resistirme a aceptarla; pienso que vivimos en un país del primer mundo, europeo (no sé si esto es bueno o malo), con buenas infraestructuras, con una gestión pública razonablemente saneada y transparente, etc. Ni más ni mucho menos que el resto de países que nos rodean (por arriba, entiéndaseme).

Luego enciendo la tele y me encuentro con la cruda realidad:
  • Una cadena de TV, con orientación "italiana", ha nombrado a alguien cuyo mayor mérito en esta vida fue tener una hija con un torero, como "princesa del pueblo". Es muy probable que esa aventura termine con una candidatura de esa persona a las próximas elecciones generales, lo que la convertiría en la Cicciolina española. No hacen el mismo tipo de porno, pero ambas enseñan todo lo que tienen por un módico precio.
  • La última moda entre nuestros terroristas patrios es crearse perfiles en Facebook, donde no tienen ningún empacho en posar con la camiseta de la selección española de fútbol. La otra moda es hacer videos donde declaran cosas que nadie escucha, ni mucho menos cree.
  • A pesar de que la moda es defender eso de que España está compuesta de muchas naciones diferentes, todos somos uno cuando vemos el fútbol. Ahí no hay independentismos ninguno (salvo, quizás, el de Laporta, gran megalómano donde los haya).
  • En Cataluña prohiben las corridas de toros, pero protegen como fiesta nacional otro tipo de torturas a los mismos toros, argumentando que "hombre, dónde vas a parar... no es lo mismo".
  • El paro sigue subiendo y nadie parece protestar demasiado. Al menos, no hay más protestas que cuando el paro estaba a la mitad de su nivel actual. ¿Por qué?
  • A pesar de que hace dos años que prácticamente no se construye nada, el precio de la vivienda no baja. A pesar de que hay muchísimas viviendas deshabitadas, apenas hay viviendas a la venta. ¿Por qué?
  • En mitad de la crisis financiera más grave que se recuerda, algunos de nuestros bancos han declarado los mejores resultados de su historia. 
  • Políticos inculpados por corrupción andan por la calle con la cabeza alta, pavoneándose de su superioridad y su inmunidad moral. Y son reelegidos.
  • Cuando el gobierno incrementó el gasto público para crear empleo y compensar la caída de la actividad privada, la oposición se quejó argumentando que eso incrementaría el déficit. Cuando el gobierno redujo el gasto público para controlar el déficit, la oposición se quejó argumentando que eso no permitiría reducir el paro.
  • Algún representante español sigue acudiendo todos los años a Eurovisión, aunque nadie se dé cuenta.
  • A pesar de que pagamos un canon a los autores por copia privada, ellos siguen reclamando que debe cortarse el acceso a Internet a quien intercambie archivos. Supongo que en el segundo caso renunciarán al canon...
  • Las televisiones autonómicas reinterpretan la realidad de una forma sorprendente, dándole un nuevo significado al término "diversidad nacional" (entendido como "diversidad de entendimiento ante un hecho objetivo").
  • Utilizamos varios de los nuevos canales de TDT para teletienda, porque a nadie se le ha ocurrido aún otra cosa mejor que hacer con ellos. Visto lo que emiten por el resto, no me extraña.
  • Pagamos a las operadoras de acceso a internet X Mbps de velocidad de descarga, ellos te dan X/2 y no puedes reclamar por dos motivos: primero, porque es legal, y segundo, por no perder dos horas de tu vida hablando con una máquina y/o seres de otro planeta.
  • Almodóvar sigue rodando películas; eso sí, todas iguales (igual de tristes, de cutres y de rancias).
Pero, como soy muy terco, apago la tele y sigo pensando que no vivimos en mal sitio. Sólo tenemos que mejorarlo un poco más...

Si te ha gustado el post, te agradecería que lo votaras aquí:

votar

Facebook Twitter Meneame iGoogle My Yahoo My Live

Relacionado:
Zapatero en el váter

Madrid está de pena 
¿Alguien ha encontrado mi tren?
Bien común, bien de "nengún"
Se les gastó el morbo de tanto usarlo