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viernes, 30 de abril de 2010

¿Siguen los libros el camino de la música?

Supongo que somos muchos los tecnófilos que nos estamos haciendo esta pregunta, aunque la respuesta, a falta de una reacción clara por los gremios de editores, escritores, libreros, impresores, etc. parece clara: sí.

Sí, porque, de nuevo, la tecnología va por delante del negocio; y cuando esto ocurre suelen aparecer nuevos mercados, en general, de manera descontrolada, alrededor de esa tecnología. Y no podemos argumentar que la situación de los libros electrónicos es demasiado inmadura, porque los buenos negocios se hacen siempre en mercados inmaduros. Pero resulta que, además, éste ya no lo es tanto:

  • Sólo en el mercado español existen ya más de diez modelos diferentes de ebooks, disponibles en cualquier tienda de electrónica (sí, incluso en El Corte Inglés).
  • Es relativamente fácil hacerse con modelos del mercado americano (yo mismo tengo un Sony PRS300 que no se comercializa aquí).
  • Los equipos son sencillos pero funcionan correctamente y la experiencia de usuario (del usuario que los utiliza para leer, no del que los utiliza para navegar, claro) es muy buena. Las pantallas de "tinta electrónica" permiten la lectura durante horas de manera continuada sin cansar la vista.
  • Comienza a aparecer software relativamente estable para la gestión de bibliotecas digitales (Calibre).
  • El lío de formatos cada vez lo es menos. Sobre todo desde el posicionamiento de Apple con su iPad a favor el formato abierto epub. Amazon y su formato propietario han perdido. Por otro lado, la mayoría de los lectores pueden trabajar con varios formatos sin ningún problema (epub, rtf...), y hay software para convertir formatos entre si (con mayor o menor fortuna).
  • Son, ergonómicamente, más cómodos que un libro: son más finos, pesan poco, se sostienen bien, la batería dura mucho (varios cientos de páginas). Desde luego, son ideales para llevar de viaje ya que en el más sencillo de ellos puedes guardar decenas de libros.
Creo que la situación es aún mejor que cuando comenzaron a aparecer los primeros reproductores mp3, por lo que no es de extrañar cómo están floreciendo las webs con enlaces para la descarga pirata de libros. Y eso que el pirateo de libros es mucho más engorroso que el de música o el de películas: alguien tiene que desmontar el libro, escanearlo, pasarlo por un OCR, revisarlo para corregir errores y ajustar las líneas, y subirlo a internet. Pues aún así, la oferta ahora mismo comienza a ser más que significativa... aún no tenemos disponible el último best seller al día siguiente de su aparición, pero sí un par de semanas después.

En lo que respecta al desarrollo, digamos, "legal", del negocio, la oferta de venta de libros en castellano aún es muy limitada, y nula en lo tocante al alquiler. Y todo con su DRM... ¿a alguien le suena esta situación? Todo parece indicar que en lo que queda de año aparecerá algún tipo de iniciativa más o menos ambiciosa por parte de las grandes editoriales, para comenzar a vender contenidos legales. Parece ser que los precios de referencia vendrán con un descuento respecto al soporte físico de entorno al 20%. Pero con un IVA del 16%, que es el que aplica al comercio electrónico, por lo que el precio neto final será prácticamente el mismo que el del libro en papel.

Tengo la impresión de que me estoy perdiendo algo: ¿los consumidores ponemos el soporte físico y el precio es el mismo? ¿y los costes de impresión? ¿y los costes logísticos de almacenaje y distribución? ¿y el margen de las librerías? Ahora va a resultar que estos costes son despreciables (los costes despreciables suelen ser casi siempre los que se eliminan...). A mi me parece la misma situación que ocurrió (y sigue ocurriendo) con la música y los DVDs.

En mi opinión, la solución pasaría por los siguientes puntos:
  1. Precios justos y asequibles a los libros electrónicos. Parece razonable continuar pagando el trabajo del escritor y la edición, pero con los mismos márgenes actuales, no más.
  2. Venta en base a tarifas planas. Al contrario que con la música, el volumen de libros que una persona puede consumir es muy limitado, por lo que no debería haber mayor problema en poner a su alcance un gran catálogo de libros en modo "barra libre".
  3. Contenidos de calidad; es decir, correctamente formateados, en diferentes formatos, probados en los distintos dispositivos, disponibles para diferentes tamaños de pantalla, con metadatos, etc.
  4. Disponibilidad de los contenidos en sitios seguros, que garanticen su integridad; a todos nos gustaría estar seguros de que lo que estamos leyendo no ha sido modificado por terceros sin autorización del autor.
  5. Sistemas de alquiler operativos desde el principio. El modelo biblioteca debe replicarse sin duda, ya que ésta es una fórmula sobradamente probada y exitosa.
  6. Nada de inversiones en DRM que incrementan los costes (y por tanto los precios) y son crackeadas en cuestión de horas (de nuevo, véase el ejemplo de la música, donde la mayor tienda del mundo, iTunes, decidió vender sin DRM precisamente por su inutilidad).
Y sólo nos estamos centrando en la utilidad principal de estos dispositivos que es la lectura de libros. Pero hay otra funcionalidad inmediata: la descarga diaria de periódicos y revistas a través de las capacidades wireless que incorporan los modelos de más alta gama (también con pantallas algo más grandes). Esta funcionalidad facilitaría, a través de la suscripción correspondiente, tener cargado en el ereader, a primera hora de la mañana, nuestro periódico favorito para poder ir leyéndolo camino al trabajo.

En definitiva, quienes tienen la oportunidad de gestionar este negocio deben aprovechar esta excelente oportunidad y comenzar a considerar que la competencia de los libros electrónicos legales ya no son los libros en formato físico; al igual que ocurrió con la música o el cine, la competencia ya es el intercambio gratuito de libros... y si no consiguen articular un negocio viable alrededor de los libros electrónicos, dentro de algunos meses tendremos en activo a una segunda SGAE (CEDRO creo que se llama la sociedad de gestión que aplicaría aquí) queriendo cobrar por los libros de dibujos de las guarderías o las revistas en las peluquerías...

Señores sesudos, por favor, háganlo bien... facilítennos la vida un poco, y ahórrennos hablar de CEDRO...

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Externo: Libranda 

martes, 27 de abril de 2010

Plaza de Nápoles

Tomamos esta foto en Nápoles, el verano pasado. Después de haber vivido allí algunos meses hace ya más de diez años, decidimos volver a pasar unos días. Lo cierto es que no lo encontramos demasiado cambiado, ni para bien, ni para mal.
Recomiendo viajar allí, siempre que vayáis acompañados de toneladas de paciencia y "flexibilidad mental"... de lo contrario os volveréis locos...
Espero que os guste la foto.

No me gustan los toreros

No me gustan en absoluto. No entiendo cómo muchos aficionados que son personas cultas, "viajadas", civilizadas, formadas, mentalmente sanas y emocionalmente estables pueden encontrar algún tipo de diversión viendo sufrir a un animal.


Bueno, no a "un animal" sino a "ese animal", porque estoy seguro de que muchas de esas mismas personas encuentran absolutamente detestable que se maltrate a otros animales. Aunque desde mi (afortunadamente ignorante) punto de vista, no existe la menor diferencia entre clavarle dos banderillas a un toro y apalear a un perro, tirar una cabra desde un campanario o acosar a un zorro en una cacería. Bueno, pensándolo bien, quizá la única diferencia es que al toro lo maltrantan señores disfrazados, que cobran un dineral por enseñar al mundo su "arte" y viven como superestrellas mediáticas, mientras que a los perros los apalean personas oscuras y tristes, en general de estratos sociales bajos, y que afortunadamente en muchos casos pagan con multas sus excesos.

Y hay otra diferencia: la cantidad de gente que vive de "la fiesta", como ellos la llaman (como si ésta fuera la fiesta por antonomasia, la única, la verdadera, la que nadie debería perderse). Cuánta gente entre ganaderos, veterinarios, gestores de plazas de toros, banderilleros, apoderados, toreros, padres y hermanos de toreros, esposas y ex-esposas de toreros, hijos legítimos e ilegítimos de toreros, tigres en zoos privados de toreros... y seguro que no consigo ver ni la punta del iceberg. Ésta es, en mi opinión, la auténtica razón de la supervivencia de esta "cosa", en una sociedad civilizada como lo es ahora la nuestra.

Y que conste que no soy partidario de prohibir las corridas de toros, porque, en general, no soy muy partidario de prohibir casi nada, dentro de unos límites razonables, claro (aunque, curiosamente, sí que está prohibido el maltrato al resto de animales). Pero sí creo que debería cortarse cualquier tipo de relación entre el Estado y este tipo de celebraciones; desconozco hasta qué punto puedan concederse ayudas o subvenciones, pero, si las hay, córtense. También habría que cortar cualquier asistencia de personalidades públicas a estos eventos, al menos haciendo uso de su cargo (no me gustaría volver a ver a nadie representativo del Estado o cualquiera de sus administraciones, en un palco de una plaza de toros). Esto es el mínimo exigible, claro, porque lo deseable sería que desde las administraciones públicas se pusieran medios para "desincentivar" la asistencia de público (impuestos especiales, limitación de edad real, etc.).

En resumen y por lo que a mi respecta, allá cada cual con su conciencia y su estómago pero: NO con mi dinero, NO con mi beneplácito. Búsquense otro trabajo.

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lunes, 26 de abril de 2010

iPod, iPad y otras hierbas

A pesar de que hace algún tiempo que soy fan de Apple (sobre quien, de cuando en cuando, iré escribiendo algo más), lo cierto es que soy nuevo en el tema iPod. Y cuando digo iPod quiero decir, claro está, iPod Touch... el resto son reproductores MP3.

Desde que soy usuario de mi iPod Touch 32GB, no puedo por menos que decir que estoy encantado... Me encanta su hw, su interfaz de usuario, el multitouch, las aplicaciones... todo salvo la calidad de los auriculares; pero esto tiene fácil solución porque, afortunadamente, con los auriculares Apple ha hecho una excepción en su política habitual y no vienen soldados al iPod. Incluso he visto alguna película en un viaje, y la experiencia, a pesar de lo pequeño de la pantalla, no ha sido mala en absoluto. Sólo echo de menos que disponga de GPS, y ya sería totalmente idóneo para mis necesidades.
Buena es también mi experiencia con la AppStore. Ese invento de Apple (otra de sus revoluciones: la primera tienda de aplicaciones del mundo que funciona comercialmente) que tantas ampollas ha levantado sobre todo por su modelo de negocio cerrado. Me pregunto hasta qué punto precisamente lo cerrada que es no ha resultado ser la clave del éxito: por un módico precio (en muchos casos tan módico que es cero) te puedes descargar aplicaciones que funcionan correctamente y no te cuelgan el iPod; es cierto que hay aplicaciones que no pasan el corte, y no son aceptadas pero ¿es esta política, tan criticada desde ciertos foros, un error? ¿acaso no deciden El Corte Inglés, Carrefour, FNAC o la tienda de la esquina qué cosas quieren vender en sus centros y cuáles no? ¿les critica alguien por seleccionar sus productos en base a los criterios que les dé la gana? ¿sería más acertado vender cualquier cosa, sin tener criterios ni garantías de correcto funcionamiento? ¿queremos que el iPhone OS se convierta en un nuevo WinMobile, con miles de aplicaciones potenciales que nadie usa? ¿por qué otras compañías que han intentado copiar el modelo para otras plataformas no han tenido un éxito ni siquiera cercano (Nokia, alguna operadora)?

Tema distinto es el iPad... reconozco que, aunque al principio de este post me he definido como "fan de Apple", siempre intento aplicar criterio a todo lo que hago o pienso, y ésta no es una excepción. Sí, yo fui de los que, después de la presentación del iPad (que seguí en directo por la web) terminaron decepcionados. Y, aún después de una larga discusión con mi amigo Gerardo, que es aún más fan de Apple que yo, sigo decepcionado.
No tengo claro si el precio lo merece, si el almacenamiento que nos ofrece es suficiente (recordemos que una peli en HD puede ocupar fácilmente 5 ó 6 GB), si realmente se puede leer un libro de 500 páginas en ese tipo de pantalla, si se puede escribir un mail con ese teclado virtual... No sé si un chisme que cuesta 600 euros se debe permitir no traer ni un triste puerto USB para, por ejemplo, ampliar el almacenamiento; o no traer la batería extraíble; o no poder conectarse con el iPhone para compartir su conexión 3G.
Seguramente todo esto, que en mi ignorancia parecen carencias, sean "features" descartadas por Apple en base a algún criterio sesudo y totalmente justificado... pero a mi me parece que podrían estar dando más por lo mismo... que podrían justificar un poco más ese precio... que podrían hacer que ese invento revolucionario (que estoy seguro de que lo será) con el que nadie sabe todavía muy bien qué hacer (pero lo averiguaremos) y que todavía no tiene competencia (pero que la empezará a tener en breve) fuera aún más revolucionario, más útil, más completo.
Y el caso es que, si lo pensamos bien, el iPad es portátil, pero no lo suficiente para llevarlo en el bolsillo; está conectado, pero algunos más que otros; es ligero, pero no sé si lo suficiente para sostenerlo las dos horas que dura una peli; puedes utilizarlo para leer el correo, pero malamente para escribir correos; sirve para leer libros, pero no durante mucho tiempo; sirve para jugar, pero los controles no ofrecen feedback...
Realmente tendremos que encontrarle el sitio. Y no deja de ser una nueva experiencia para nosotros como consumidores el hecho de tener en frente un producto que nos encantaría tener, pero para el que tenemos que molestarnos en encontrar una justificación, una excusa, un "nicho de uso". No conozco ningún otro caso similar, al menos en el mundo de la tecnología, donde, en general, la demanda suele ir por delante de la oferta (la gente ya escuchaba música portátil antes de tener el iPod, ya tenía portátiles antes de que aparecieran los ultraportátiles, y consideraba voluminosas las teles de tubo antes de que aparecieran las pantallas planas).

Habrá que acostumbrarse, porque estamos hablando de innovación de verdad. Estamos hablando de Apple y éste es su juego... ¿juegas o no?

sábado, 24 de abril de 2010

Sobre velos, respeto, libertad y enseñanza

Estos días estamos asistiendo a la "polémica de la semana" (así entiendo yo esas pequeñas noticias que nos distraen de los grandes temas que realmente nos preocupan, y que no suelen durar más de una semana) sobre una niña musulmana que ha sido expulsada de un instituto público por llevar velo. Una clara situación de falta de respeto y discriminación que está impactando en la escolarización de una niña... pero, ¿falta de respeto por parte de quién?

Si profundizamos un poco más en la situación, vemos que el instituto prohibe la asistencia a clase con la cabeza cubierta; es decir, prohibe el velo en las chicas musulmanas, las gorras en los raperos, las txapelas en los vascos, y hasta las pamelas en las damas de la alta sociedad... parece una situación que, no por absurda, deja de ser igualitaria. Parece también que, a falta de legislación de mayor nivel, los institutos y colegios tienen libertad para definir (o no) este tipo de reglas o limitaciones; de hecho, en la misma localidad, existen varios institutos públicos más, sin ninguna limitación al respecto.

¿De quién es la falta de respeto entonces? ¿De esos gestores intransigentes que no permiten que una chica se vista de acuerdo a las tradiciones marcadas por su religión y adoptadas más o menos voluntariamente? ¿O de quien pretende incumplir una norma vigente y legal apoyándose en su tradición, su religión? ¿Acusaríamos de intransigentes a los mismos gestores si impidieran el acceso a clase a un punky con una cresta de colores de un palmo de alta (estoy seguro de que lo harían)? ¿Son las creencias religiosas un motivo mejor que las culturales para saltarse alguna norma absurda, pero vigente?

Lo cierto es que antes de comenzar a escribir no tenía una opinión clara acerca de quién estaba siendo más intransigente y más estúpido. No sé si es más obtuso quien bloquea el acceso a la libre enseñanza a una chica por un problema estético, o quien influye a esta persona haciéndola aparecer en el centro de esta polémica y generándole un trauma innecesario. Tal vez con esa actitud el colegio no está sino llevando a esa chica a refugiarse en una posición aún más cerrada, más integrista.

Me pregunto si no sería mucho más fácil para el colegio simplemente obviar una situación que no hacía daño a nadie. O para esos padres, buscar otro centro educativo donde su hija pueda expresar con libertad sus creencias y tradiciones. Creo que sí, que habría sido más fácil... pero entonces, no tendríamos nuestra "polémica de la semana".

El comienzo

Hola.
Hace tiempo que busco un motivo, una excusa, para ponerme a escribir. Al final, resulta que la excusa, el motivo, es la falta de ellos. He decidido escribir de lo que veo, de lo que pienso, de lo que opino.
Y con esa idea comienzo un blog, donde, de vez en cuando, iré escribiendo sobre cosas que ocurrirán, a veces cerca de mi, y otras lejos; a veces me afectarán, y otras, no; a veces tendré opinión, y otras, simplemente, pensaré en ¿voz alta? sobre algo.
Comencemos...