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martes, 27 de julio de 2010

Escritores dando conciertos

Hace unos días escuché en la radio una interesante tertulia sobre el futuro del libro, en la que participaban profesionales ligados al sector, como escritores, editores o representantes. Bueno, digo interesante por conocer los puntos de vista de personas que deberían estar supuestamente apasionadas en un cambio que podrían aprovechar para reconfigurar y redefinir su negocio… y no tan interesante en lo relativo al contenido y los argumentos utilizados en la tertulia, ya que todos se limitaron a acudir a los lugares comunes, sin aportar excesivas ideas nuevas al debate.

Una de las ideas que surgió en la tertulia, como no podía ser de otra manera, era el paralelismo entre la situación de los libros y la de la música (que ya he tratado en este blog en un par de artículos anteriores). Que si la piratería, que si el DRM, que si qué mala es la gente que coge las cosas sin pagar… ideas fracasadas para justificar el status quo de una serie de profesionales que no son capaces de plantear las transformaciones a su agotado modelo de negocio que les estamos exigiendo los usuarios.

También surgió, cómo no, la cuéstión económica, en sus dos principales vertientes: los cambios necesarios en los porcentajes de reparto de beneficios (donde, claramente, el porcentaje del escritor debe crecer sustancialmente), y la reducción drástica de los precios de los libros que debe darse como consecuencia de la reducción de costes que traerá el libro digital (y es que, por más que se empeñen algunos, los usuarios seguimos sin creernos que un libro digital pueda costar entre 15€ y 20€). En este tema, al igual que ocurrió con la música, el mercado se autoregulará: si los autores no están satisfechos con sus porcentajes, buscarán otras vías de comercialización, y, si los usuarios continuamos considerándonos estafados, seguiremos sin pagar. Eldorado no existe.

Pero, sin duda, la idea más interesante de todo el debate fue, continuando con el símil musical, que los escritores no pueden dar conciertos para compensar la pérdida de ingresos. Es cierto que en la industria musical se están imponiendo los llamados “contratos 360º”, por los que una discográfica pasa a controlar otras facetas de los músicos bajo su control, como los conciertos, colaboraciones, músicas para TV o cine, grabaciones en directo, etc. Y parece evidente que está funcionando, ya que, si bien un disco es algo “pirateable” que, por tanto, ha perdido valor de negocio, la experiencia de un concierto ha visto como su valor crece, al tratarse de algo “único e irrepetible” (es cierto que puedes piratear el DVD de un concierto con una excelente calidad de imagen y sonido, pero la experiencia no es la misma, ni de lejos); esto hace que el público esté respondiendo, lo que provoca un incremento del número de conciertos y del precio de las entradas a los mismos, con el consiguiente sostenimiento de los ingresos para el artista. Posiblemente Bruce Springsteen (por ejemplo) estuviera más cómodo en su casa que pasando varios meses al año rodando por escenarios de medio mundo, pero ha sabido adaptarse y reconducir su negocio para continuar manteniendo los ingresos; de la misma forma, artistas emergentes están más interesados en dar conciertos que en grabar un disco. Quejarse es fácil, buscar soluciones, no tanto.

Pues este mismo camino debería explorarse también por los escritores. A pesar de que incrementando sus porcentajes mejoren su situación, deben buscar estas experiencias “únicas e irrepetibles” equivalentes a los conciertos de música, con los que comenzar a pensar en compensar las caídas de ingresos que sufrirán en los próximos años. Conferencias, artículos, colaboraciones… son vías que deberán potenciar para poder, no incrementar, sino sostener sus ingresos.

Y en el mundo literario aparece una vía adicional que no es muy factible en la música: la publicidad. Tengo la impresión de que es éste un factor inexplorado que, utilizado sabiamente, puede darles un empujón; obviamente, no estoy pensando en introducir anuncios en las páginas pares de los libros, como hacen las revistas, sino en algo más sutil: Mikael Blomkvist no tenía un portátil, sino un MacBook. Obviamente es muy complicado realizar esto en ciertas publicaciones como ensayos o poesía, pero para la novela me parece un artificio perfectamente válido (insisto, utilizado con inteligencia para evitar saturar al lector y que dé la impresión de estar leyendo un catálogo de El Corte Inglés). Como lector, no me molestaría especialmente que cierto personaje de una novela tomase sólo una determinada marca de ron, por ejemplo.

Es, en definitiva, apremiante que el sector del libro reaccione de una vez, y se dejen de argumentos autocomplacinentes para lamentarse por lo malos que somos los usuarios por aprovecharnos de ellos. Deben tener claro que si permiten que el negocio literario se hunda habrá sido culpa suya, no nuestra… y que quienes perderán serán ellos, no nosotros; por más que intenten solucionarlo todo a base de represión, como hacen algunos de nuestros más insignes (y vagos) músicos.  

Amigos escritores: a dar conciertos.

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21 comentarios:

  1. Interesante post, e interesante punto de vista.

    Sobre el tema de publicidad, algo escribí hace tiempo similar: la industria editorial dentro de 10 años, en referencia a las necesidades de nuevas vías de financiación.

    Acabo de descubrir el blog, lo apunto! Un saludo.

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  2. J.K Rowling daba recitales publicos de sus libros, incluso con un coche verde colgado del techo.

    La pregunta es como viven los escritores hoy, ¿gana mucho dinero como en la industrial musical o nada? ¿Viven exclusivamente de sus libros o tiene otro trabajo?

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  3. Es interesante lo que comentas. Al parecer los escritores deben buscar formas alternativas de mantener sus ingresos para que tú ahora puedas tomar todo lo que quieras sin pagar porque la tecnología te lo permite. ¿Lo he entendido bien?

    ¿Qué será lo siguiente? ¿Si la tecnología del futuro permite "obtener sin pagar" otro artículo o servicio, lo que tú sugerirías es que los fabricantes/creadores de dicho artículo o servicio se buscasen otro modo de ganarse la vida???
    ¿Y si le tocase el turno a lo que quiera que hagas tú para ganarte la vida? ¿Entenderías que tienes que buscarte otro modo de mantener tus ingresos porque la gente puede tomar lo que tú ofreces sin represalias? ¿Serías tan comprensivo?

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  4. @Nando: gracias por comentar.

    No, lo que digo es que las personas que hoy en día viven de un determinado modelo de negocio de la literatura deben cambiarlo si quieren seguir haciendo lo que hacen.

    Sentarse a llorar como han hecho quienes viven de la música no servirá de nada.

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  5. Parece qué no sabes muy bien cómo funciona el negocio literario, que es muy distinto al musical, y aún así te atreves a dar soluciones. Casos como el de JK Rowling, o nuestro Gala, o Paulo Coelho, son muy escasos. La mayoría de los escritores ya se ganan la vida con otro tipo de actividades (conferencias, jurados de premios, artículos en prensa que cada vez se pagan menos), porque de otra manera no podrían vivir. Digamos que la novela realmente es como la publicidad para sus otras actividades. Lo que tú propones es que den una parte de su trabajo gratis, pero, ¿por qué tendría un escritor que escribir gratis? ¿Acaso el abogado te asesora gratuitamente y luego se va a dar una conferencia? ¿O los guionistas de tu serie preferida la escriben gratis y comen de traducir libros?

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  6. @Anónimo: No doy soluciones, doy opiniones. Y en ningún caso estoy sugiriendo que los libros sean gratis; al revés, estoy pidiendo que se muevan los porcentajes de remuneración a favor de los escritores porque con el cambio en el modelo de negocio su importancia relativa en el proceso de comercialización de un libro es mucho mayor. También estoy diciendo que, como consecuencia del abaratamiento de este proceso de producción, el precio de los libros debe bajar... pero no la remuneración del escritor, que es el auténtico generador de riqueza en este negocio.

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  7. Me parece muy interesante el comentario que haces sobre la publicidad. Sobre todo porque das alternativas, cosa que en la música y las películas no hacían viendo el cambio de mentalidad en la sociedad. Espero que las editoriales tomen nota de páginas como http://www.librear.com/Descargaebooks.php y se den cuenta que el mundo se mueve, aunque no esperemos que la revolución parta de ellos, ¡La haremos nosotros!

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  8. Me voy a limitar a hechos más o menos anecdóticos que pueden ayudar a reflexionar.

    ¿Qué estudiante no fotocopió capítulos, libros enteros porque, aunque la calidad era mala, el precio era muy inferior al del libro original? ¿Y qué pasaba cuando los libros eran poco más caros pero ofrecían una calidad que no tenía nada que ver con el tocho de fotocopias?

    ¿Quién no se tragó horas y horas de pésimo sonido de cintas de radiocassette porque los precios de los discos no estaban al alcance de cualquiera? ¿Quién no se llevó un soberano cabreo al comprar por fin una cinta original y encontrarse con una grabación pésima y un soporte de menos calidad que una cinta virgen de cinco duros? ¿Y quién, por fin, no volvió a gastarse otra pasta en aquellos magníficos y perfectos CD para disfrutar por fin de calidad habiendo pagado, en más de una ocasión, los mismos contenidos en vinilo y en cinta?

    (por cierto, derechos de autor hasta tres veces, y precios nada asequibles)

    No me canso de repetir que Internet no ha traído nada nuevo, salvo las formas —más velocidad, más facilidad—. Todo estaba ya inventado hace treinta años, las fotocopias, las grabaciones domésticas...

    Yo ya paso de cincuenta años y todavía tengo cultura de pagar por contenidos, pero las últimas generaciones de jóvenes, criadas entre eMule, Ares y torrents, si no los encuentran digitalizados los digitalizan ellos.

    Me gustaría saber cómo andan las ventas en iTunes desde que eliminaron el DRM. Yo compro en iTunes y no le paso copia a nadie mientras los precios sean razonables y asequibles. Ya sé que es confiar inocentemente en la honestidad del personal, pero antes se podían fotocopiar los libros y la gente, honesta o no, no acostumbraba a hacerlo. Espero que más de uno se haya preguntado por qué.

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  9. E mi opinión, estoy de acuerdo en que los libros digitales deberían bajar de precio respecto a los tradicionales, y bastante. Hay menos costes, con lo que el precio debería ser menos. Y siempre he pensado que los autores deberían ganar más %.

    Tal vez el modelo de negocio deba cambiar, como tú dices. Lo que no me parece bien es que cambie porque la gente roba. Debería cambiar o no por otros motivos, no porque nos acostumbramos a "coger" los contenidos digitales de la red sin pagar, amparándonos en que no nos pueden pillar.

    Pero por lo visto, solo la gente que crea contenidos digitales, y que sufre en primera persona las consecuencias de la piratería, lo ve mal. Los demás, los que consumen gratis contenidos protegidos por copyrights o similares, siempre parecen encontrar justificaciones para hacerlo.

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  10. Bueno, es una opinion un poco interesante, aun que no concuerdo contigo en algunas cosas, en primer lugar el mundo de la musica y el de la lectura no es el mismo.
    Para empezar aun que se parezca su problema, no es tampoco el mismo, razones para que la musica se pueda sustentar existen aun si dejan sus casas disqueras, pero en el caso de los libros es algo distinto, hay razones y motivos por los cuales no es tan facil que el autor viva solo de sus libros y menos si los da gratis...

    Debes considerar que la musica es algo que todo el mundo oye y hay musica de todo y para todos, por desgracia aun que hay libros de todo y para todos... no todos leen, de ahi que el mercado es mas escaso que el de la musica, aparte la gente no tiene una educación de consumo, aunado a que no es facil comprar mil libros cuando la economia no es la suficiente, en casos de necesidad se dejan las cosas que no son de consumo vital osea, los libros, la musica, salidas al cine, etc, y la gente recurre a conseguir las cosas gratis.

    Estoy de acuerdo que el precio de un ebook deberia ser menor que el de un libro impreso, pero tambien conosco el otro lado el del autor, que no viven de sus libros ni mucho menos, pocos casos como Rolling, Meyer, Coelho, y otros cuantos son los que pueden darse el lujo de vivir solo de sus libros, la mayoria NO, y dices que la publicidad, ¿sabes cuanto cuesta la publicidad?, es un robo la publicidad y no creo que un autor quiera invertir sus pocas ganancias en una publicidad que no ayudara mucho, por que el prolema original y de raiz es la incultura de la gente, la falta de lectura, que la gente sea floja y tema descubrir que existe la imaginación, no solo la grafica, la ilustrativa que de se ve en cines, animaciones o videojuegos sino la que se crea al leer, o las malas escuelas que no fomentan una lectura satisfactoria, esa es la verdadera causa de que el mundo de la musica y el de la literatura no sean los mismos, por lo que no se puede comparar y si buscas una solución al de la lectura no es la publicidad es el fomentar la lectura de los peques ahi es donde radica el cambio.

    Saludos.

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  11. No sé cual será la solucion más adecuada pero lo que sí tengo claro es que comparto contigo que el mundo editorial debe pensar en soluciones imaginativas. Cuando el ebook sea utilizado por todo el mundo, al mundo editorial le puede pasar lo que le pasó al de la música. Deberían ya estar pensando en ello.

    Eloy

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  12. Está claro que el modelo de negocio y la mentalidad debe cambiar. Sobre todo con la experiencia que tenemos en la música y el cine.
    Llegarán tarde, porque está la industria tan obsesionada con no soltar el dinero, que no se dan cuenta que deben cambiar, si quieren conservarlo.
    Aquí os dejo un enlace con software para nuestros ebooks y ereader kindle.
    Todo gratis y de dominio publico
    http://www.librear.com/Descargaebooks.php

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  13. En serio, podrías haberle dado un poquito más de vueltas sobre posibles "soluciones", lo de la publicidad me parece un insulto (grave) a la inteligencia.
    Está muy bien hacer este tipo de reflexiones, pero no nos quedemos con lo primero que se nos pasa por la cabeza, porque entonces no vamos a parar a ninguna parte.
    Un saludo.

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  14. @Por favor: gracias por pasarte por el blog y comentar. Sólo puntualizarte que yo no vivo del sector editorial, por lo que aportar soluciones es algo que debe surgir de dentro. Soy consumidor y, como tal, la publicidad bien entendida me parece una solución más que razonable (tal y como ya lo es en el cine... ¿o piensas que las marcas de coches que aparecen en las películas se eligen al azar?). Pero seguro que cualquier otro aporte imaginativo que puedas hacer, será bien recibido...

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  15. Desde Appleweblog, nuestra enhorabuena. Brillante artículo bien razonado, expuesto y tratado desde el sentido común, en muchas ocasiones el menos común de los sentidos.

    Ojalá te oigan los editores (y a todos los que gritamos desde el silencio por ser oídos)

    Recibe un cordial saludo

    Julio César Fernández de @appleweblog

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  16. @Neo the One: gracias por pasarte y por tu comentario. ¿Nos oirán los editores? Sinceramente, soy pesimista...

    Pero oirán sus números. ¿Cómo pueden pretender vender el ebook sólo 8€ más barato que la edición best seller en papel? Es una tomadura de pelo. Y encima tener que pasar por todo el farragoso proceso de cargar un ebook con DRM... conmigo que no cuenten.

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  17. Yo estaba dispuesto a pagar por tener las garantías de que el libro digital que adquiero está optimizado para lectores digitales, evitarme las molestias de andar buscándolo por el ciberespacio y compensar al autor por su trabajo. Pero, visto lo visto, me han arrastrado a realizar lo que alguien ha definido como “ebook crossing digital”.

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  18. Cambiar el modelo de negocio... Seguramente habrá que hacerlo. De hecho, todo cambia y se ajusta a las situaciones. Pero la idea de meter publicidad dentro de la obra literaria, como "que cierto personaje de una novela tomase sólo una determinada marca de ron, por ejemplo" es una idea bastante peregrina. Bien si forma parte de la "personalidad" del personaje (valga la redundancia etimológica y formal) tal como lo concibió el autor. Pero sencillamente repugnante y una desnaturalización del hecho literario si es una mera "intromisión dineraria" en la obra. Como si alguna de Las Meninas hubiera tenido en la mano una botella de CocaCola (o el equivalente de la época) sólo porque Velázquez necesitaba dinero.
    La otra idea –la de un reparto más equitativo para el autor– es mucho más respetable aunque, al parecer, por los momentos, difícil y largo de conseguir.
    Mientras tanto, es triste que a la mayoría de la gente le parezca ingenioso y hasta defiendan como un derecho hacerse gratuitamente con una obra que ha costado largo tiempo, trabajo, estudio, reflexión y hasta, a veces, sinsabores al autor. Una absoluta desconsideración y falta de respeto por el esfuerzo ajeno, aunque la mayoría de autores no lo haga, en principio, por puro interés económico. La práctica totalidad de "escritores" viven en realidad de muchas otras cosas, mientras esperan –la mayoría de ellos en vano– el golpe de suerte y de público que los convierta en uno de los agraciados que pueden vivir de su obra. Y mientras tanto, hay que seguir oyendo supuestos argumentos de gente irresponsable (por fortuna no todo el mundo lo es, pero sí un número lamentablemente alto) "justificando" lo injustificable: su aprovechamiento del trabajo intelectual ajeno –eso sí– para su propio disfrute.

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  19. La caricatura es también lamentable, pero en otro sentido: la "gracia de los libros" no está solo en su aspecto físico (en donde reside en parte, por cierto) sino en el hecho de que no depende de tecnología alguna disfrutar de él. La tecnología facilita muchas cosas, pero también nos hace más dependientes. Decía Borges que no sabía de ninguna cuchara o una escalera que se hubiera negado a funcionar. Mientras haya luz, natural o artificial, se podrá leer un libro. En cambio, basta que falle un complejo componente de software o una simple batería eléctrica para que el libro digital se convierta en un aparato inútil. Y tampoco le tiene a uno que sobrar espacio o faltar lecturas: basta una cierta sensibilidad por las cosas naturales.

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  20. @Roberto: gracias por comentar. ¿Por qué no te parece bien la publicidad en los libros y sí la aceptas en la tv o en el cine? (no me refiero a anuncios, sino a la publicidad embebida en las series, pelis, etc.) ¿Por qué los escritores se consideran por encima del bien y del mal? ¿No tienen que comer como todos? ¿O igual piensan que a mi me gusta ir cada día a mi trabajo? Te aseguro que prefiero dedicarme a este blog, pero tengo que comer...

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  21. La publicidad en el cine no está tan mal en la medida en que el cine, además de arte, es espectáculo. Pero es pésima idea dentro de la trama de una novela si es una "intromisión dineraria" en la obra y no forma parte del carácter del personaje tal como lo concibió el autor (ya lo dije). Es como si una de las meninas tuviera en la mano una lata de CocaCola (o el equivalente de la época). (Ya lo dije también. Perdón por repetirme.)

    No sé si algunos escritores se consideren por encima del bien y del mal (más bien se consideran así algunos políticos), lo que sí puedo asegurarte es que el objetivo fundamental del arte y la literatura no es económico.

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