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lunes, 31 de mayo de 2010

¿Por qué siguen fumando?

Empezaré diciendo que ni fumo ni he fumado nunca. No soy, pues, sospechoso de "ex-fumador talibán"... aunque mi postura respecto al tabaco es bastante negativa.

Me parece bien, respeto, que cada cual haga con su cuerpo lo que mejor le parezca. Me parece bien que se exija a los demás que respeten nuestra libertad individual para hacer con nuestro cuerpo lo que mejor nos parezca. Pero, ojo, con dos matices:
  1. La libertad conlleva la responsabilidad de asumir las consecuencias de nuestros actos.
  2. Mi libertad termina donde comienza la de los demás.
El primer punto me lleva a la siguiente pregunta: ¿por qué tengo que asumir yo, que ni fumo, ni he fumado, ni fumaré, parte de los costes sanitarios que, de manera indiscutible, se están generando por culpa del tabaco? Si los fumadores tienen libertad para causarse esos daños, también deben tener la responsabilidad de asumir los costes que su curación generen. Es cierto que el tabaco está gravado con unos impuestos bastante altos, y estos impuestos seguro que sirven, entre otras cosas, para pagar la sanidad... también es cierto que hay empresas públicas que hacen negocio con el tabaco... pero alguna cuenta no debe de estar cuadrando, cuando desde el Gobierno se está tratando de reducir por todos los medios el tabaquismo; yo diría, sin haber visto los números, que los ingresos no deben de estar compensando los gastos.

El segundo punto implica que los fumadores deben saber que, al fumar en un sitio más o menos cerrado, están molestando a los no fumadores. Nos molestan cuando nos llega el humo, y nos molesta el desagradable olor que dejan durante un rato después. Señores fumadores, ¿les gustaría que alguien les tosiera o les estornudara a la cara mientras cenan? Pues viene a ser lo mismo... A mi, personalmente, no me molesta que la gente fume en el exterior... pero en un sitio cerrado, sí, francamente.

No me considero una persona fanática de la salud, ni especialmente intolerante con las actitudes de los demás. No estoy a favor de la prohibición del tabaco. Pero sí creo que debe protegerse a quienes queremos disfrutar de una cena o unas copas sin humo... y que este "derecho" debe estar por encima del derecho a fumar en cualquier sitio. Tampoco creo que si se prohibiera fumar en recintos cerrados esto fuera a perjudicar a los hosteleros; la gente continuaría saliendo a cenar y a los bares... solo que saldrían a fumar afuera, fumarían antes o después, o, directamente, dejarían de fumar. Sería más incómodo para los fumadores, sin duda, pero sería mucho más cómodo para los demás.

Como resumen yo diría que quien quiera fumar debe tener el derecho a hacerlo, pero quien quiera no fumar, también debe tener el derecho a no hacerlo.

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jueves, 27 de mayo de 2010

(Des)motivación profesional en el sector tecnológico

En los últimos tiempos (quizá los últimos tres años) vengo observando en los profesionales con los que trabajo día a día un descenso cada vez más acentuado de su motivación. No sé si se trata de "nuevos tiempos" o del desgaste natural de profesionales con más de diez años de experiencia, que han vivido tiempos claramente mejores.


No tengo una formación teórica muy profunda en el ámbito de los recursos humanos, pero sí cuento con varios años de experiencia gestionando equipos en el sector tecnológico, tanto dependientes como no dependientes jerárquicamente. Es cierto que el propio sector está sufriendo (no sé si ésta es la palabra más adecuada por las connotaciones negativas que pueda llevar) una maduración a pasos agigantados, que puede estar produciendo los siguientes efectos:
  1. Reducción del volumen de las inversiones en tecnología (y, por ende, de la importancia de los proyectos), con una búsqueda explícita de su rentabilidad.
  2. Racionalización de los tiempos para llevar a cabo los proyectos (por fin comienza a no exigirse magia)
  3. Reducción de la importancia "intrínseca" de los proyectos tecnológicos en la empresa (el valor vuelve al negocio en lugar de a la tecnología, que, simplemente, debe servir para asegurar el negocio).
Estos factores llevan, desde el punto de vista laboral, a que el trabajador perciba que su importancia relativa en la empresa es menor (aunque tal vez es la que siempre debería haber sido), lo que, a su vez, genera otros dos efectos:
  • Su salario no crece como lo había venido haciendo los años anteriores.
  • Su disponibilidad de horarios extendidos sin remuneración no se mantiene.
Desde mi punto de vista, lo que está ocurriendo no es más que la normalización de una situación anómala, propia de un mercado inmaduro, que tiene que racionalizarse. No se pueden mantener salarios que crezcan por encima del 10% anual, pero tampoco jornadas laborales de más de 10h al día cuando ni el nivel de inversión ni los tiempos de respuesta del negocio lo requieren ya.

Sin embargo, para profesionales habituados al ritmo de trabajo y crecimiento salarial que hemos tenido en los años anteriores, este cambio supone en muchos casos una fuerte desmotivación. No olvidemos que se trata de un sector donde la mayoría de los trabajadores tienen menos de 40 años, así como una fuerte pasión por la tecnología (no diré "frikis"); eran (éramos) felices trabajando en temas que nos apasionaban y, encima, nos pagaban bien.

Por otro lado, lo que antes era una identificación fuerte con la empresa en la que estábamos involucrados, se está convirtiendo en desapego. Hace poco leía en algún sitio que la motivación está cada vez más asociada a los proyectos y menos a las empresas. Es decir, que los profesionales se consideran ligados a la empresa en tanto en cuanto estén involucrados en proyectos que les motiven; en el momento en que dejan de existir estos proyectos, se sienten desvinculados de la empresa y se aventuran en la búsqueda de nuevos retos. He visto esta situación muy claramente en los últimos tres años.

Una última reflexión la merece el hecho de que los nuevos profesionales que se van incorporando al sector traen una filosofía de trabajo completamente diferente. Están entrando a un sector ya maduro, en una economía global en crisis, y, una vez allí, se encuentran con profesionales, en muchos casos, desmotivados. Esto hace que su nivel de compromiso con la empresa (o incluso el proyecto) sea mucho más bajo del que se tenía en profesionales inexpertos hace diez años. Consiguen a cambio, eso sí, una vida mucho más equilibrada entre lo profesional y lo personal, entre el trabajo y la familia, el ocio, etc.

Sinceramente creo que no nos queda más remedio que adaptarnos a la nueva situación, tanto desde el punto de vista del profesional integrado en los proyectos, como del de los gestores que deben administrar estos recursos humanos; no estamos viviendo sino la evolución natural del mercado. En muchos casos la situación se resolverá con un cierto éxodo de profesionales desde el sector tecnológico a otros sectores diferentes, quizá más motivantes para el trabajador, pero, en otros, ambas partes (empresa y trabajador) deberán encontrar nuevas formas de motivación que permitan retener y desarrollar el talento de estos profesionales.

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martes, 25 de mayo de 2010

El negocio de libros electrónicos se mueve...

Un breve post para comentar la noticia que acabo de leer, anunciando la creación de una plataforma de editoriales con el fin de facilitar libros en formato electrónico. Aunque era algo en lo que sabíamos que ya se estaba trabajando, parece que la idea va por el camino adecuado:
  1. Acuerdo más o menos mayoritario en el sector editorial para evitar incompatibilidades.
  2. Mantenimiento del concepto "librería", que será quien entregue los contenidos al cliente final.
  3. Reducción sustancial de precios para el consumidor.
Parece que esta plataforma, Libranda, será presentada en breve, y que focaliza sus esfuerzos en surtir la demanda de Navidades.

Esperemos que todo evolucione tal y como parece que lo está haciendo y que la iniciativa salga adelante. Será bueno para todos que no ocurra lo mismo que con la música...

Actualización: Xataka ha publicado un artículo al respecto que considero interesante.

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lunes, 24 de mayo de 2010

Sanidad pública sí, pero ¿gratuita?

Acabo de leer un interesante post sobre la sanidad pública en Francia, y me parece que el tema de si este servicio debe ser completamente gratuita o no, merece una reflexión. Obviamente, me refiero al uso de la sanidad, no a su disponibilidad... ya sé, todos sabemos, que nada hay gratis en esta vida, y que la sanidad la pagamos entre todos, aunque unos más que otros.

Vaya por delante que estoy completamente a favor del acceso universal a una sanidad de calidad, pero creo que hay ciertos matices que debemos considerar al reflexionar sobre este tema:
  1. Lo que no tiene precio, no tiene valor (desgraciadamente).
  2. El uso no es simétrico en la población, pero las aportaciones sí.
  3. Lo que es de todos, no es de nadie.
Como dijo Jack el Destripador, vayamos por partes...

La primera cuestión, la puesta en valor del servicio, se podría abordar a través del establecimiento de un "copago". Este método está plenamente incorporado en la mayoría de los seguros médicos privados y se basa en que el cliente debe realizar algún pago (más o menos simbólico) cada vez que hace uso de la asistencia. Incorporar esta práctica a la sanidad pública aportaría, en mi opinión, tres beneficios:
  1. Prevendría abusos. Cuando tenemos que pagar por algo, aunque sea poco, nos pensamos dos veces si merece la pena.
  2. Incorporaría el concepto de "pago variable", lo que podría permitir reducir las cuotas fijas manteniendo el mismo nivel de ingresos.
  3. Alinearía (mínimamente) las aportaciones y el uso (paga más no sólo quién más tiene, sino también quién más usa).
Obviamente, estas aportaciones variables deben ser lo suficientemente "simbólicas" como para no frenar el acceso universal al servicio cuando realmente se necesita. No parece que deberían estar, pues, directamente relacionadas con el propio coste de cada servicio, sino más bien con su probabilidad de uso (y abuso).

Una vez que hemos introducido el concepto de aportación variable en el uso de la sanidad, debemos continuar con la misma idea en el acceso a los medicamentos. Y es que el acceso gratuito a los medicamentos por parte de los jubilados (por el mero hecho de ser jubilados) no parece tener demasiada justificación, aparte del posible (probable) interés electoral de nuestros políticos. Los jubilados son un colectivo que, en general, utilizan mucho la sanidad, por lo que también deberían ser "contribuidores" a su mantenimiento. ¿Por qué los jubilados sí tienen medicinas gratis y un parado con dos hijos a su cargo, no? Parece bastante más justo proporcionar medicinas gratis basándonos simplemente en la renta per cápita familiar, y dejando fuera otros temas como la situación laboral, la nacionalidad, el estado civil....

Por último, todas estas reflexiones no sirven de nada mientras no seamos capaces de darnos cuenta de que estamos utilizando y administrando un bien público (es decir, de todos), y que cualquier abuso redunda en perjuicio del resto de propietarios... Tenemos que valorar el servicio que tenemos, conservarlo, y utilizarlo en la medida de nuestras necesidades, dejando fuera la picaresca y el engaño. ¿Quién no ha "utilizado" a algún familiar jubilado para obtener analgésicos gratis? ¿Quién no ha oído hablar de extranjeros que aprovechan su estancia en nuestro país para alguna operación quirúrgica (el llamado "turismo sanitario")? Debemos cortar todas estas prácticas para hacer que el sistema sanitario sea más eficiente y, por tanto, más asequible para el Estado, especialmente en momentos de crisis como éste.

Resumiría por tanto estas reflexiones en tres ideas generales:
  • Ningún servicio a coste cero para el usuario
  • Aportaciones variables en base a renta y uso
  • Mayor control del abuso

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jueves, 20 de mayo de 2010

¿Es "decente" gastarse el dinero que se gasta el fútbol?

A petición de mi amigo G. y a raíz del primer gran fichaje de la nueva temporada, me embarco en una reflexión que, sinceramente, no sé cómo terminará (como casi todas las reflexiones que comparto en este blog). En este caso el resultado será especialmente incierto ya que, a pesar de tener un equipo favorito (como casi todo el mundo) y otro equipo odiado (como todo el mundo), no soy especialmente forofo ni siento especial pasión por el mundo del fútbol.

Pero, centrándonos ya en el dinero que mueve el fútbol, creo que hay una cosa clara: nadie invierte dinero para perderlo. Y, menos que nadie, esos presidentes de clubs de fútbol de primera línea, que todos tenemos en mente y no será necesario nombrar. Sin duda no estamos hablando de gente incompetente ni fracasada en los negocios, por lo que hay que suponerles una cierta capacidad de encontrar rentabilidad a sus inversiones. Fútbol incluído, claro.

Por otro lado, las inversiones anuales en fichajes tampoco son unas cifras tan terriblemente importantes... apenas unas decenas de millones de euros... poco más de un ciento, en el peor de los casos. Vale, para las "personas humanas normales" es una barbaridad, pero si comparamos esos números con los manejados por cualquiera de las, digamos, 200 mayores empresas del país, son casi ridículos. Es un tema, por tanto, de contextualizar los números y no dejarnos llevar por la tristeza de nuestra nómina...

Un poco más que pensar dan los sueldos que se llevan los futbolistas... De nuevo, debemos suponer que la riqueza que generan a su club (entradas, títulos, merchandising, derechos de imagen compartidos...) compensa esos salarios. De nuevo, debemos suponer que los gestores de los clubs son capaces de elaborar un "business plan" y equilibrar la balanza coste / beneficio (cuando esto no ocurre, de hecho, los clubs quiebran como cualquier otra empresa). Aún así, he de reconocer que es un tanto indefendible que un señor que se dedica a entretener a otros (igual que digo futbolistas puedo decir actores) se sitúe social y económicamente por encima de médicos, abogados, ingenieros, economistas, no digamos ya políticos... Pero cada sociedad, al final, acaba teniendo lo que se merece...


Y por último, pero no menos importante, mi mayor duda: ¿quién soy yo (o tú, amigo lector), para juzgar lo que cada uno hace con su dinero? Creo que, mientras se mantengan los límites de la legalidad vigente, cada loco puede gastarse el dinero en su tema preferido. ¿Es más decente comprarse un jet privado? ¿O alojarse un mes en un hotel de siete estrellas? ¿O alquilarse un barco enorme para pasar las vacaciones? ¿O comprarse una súper casa en medio de una cárcel de oro?

Allá cada cual con sus ahorrillos...

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martes, 18 de mayo de 2010

De garzones y fascistas

Estos días asisto con pasmo a todo lo que está ocurriendo alrededor del juez Garzón, y sus desventuras con cualquiera que tenga a bien denunciarle por algo. No salgo de mi asombro, y no entiendo cómo podemos permitir que pasen cosas así.

No entiendo nada de leyes, ni de justicias o injusticias; en general no me gustan las togas ni los rígidos procedimientos que veo (afotunadamente de lejos) en todo ese gremio. Creo que es la administración más anquilosada y atrasada (y no sólo por sus pertinaces retrasos) de todas las que nos sirven (sí, lo de que "nos sirven" es una ironía). No sé por qué sus órganos de gobierno, a pesar de ser un pilar de la democracia, no son elegidos directamente por sufragio universal (sí, vale, porque lo dice la Constitución)...

No entiendo cómo es posible que una organización reconocidamente fascista haya sido capaz de inhabilitar a uno de los jueces más renombrados y reputados que tenemos (sea de la ideología que sea). ¿Hemos perdido todos el juicio (en ambos sentidos)?

No entiendo cómo "señores jueces" del Tribunal Supremo, a los que se supone más que listos, sabios, que representan al escalafón más alto dentro de su profesión, la élite en lo suyo, se han dejado manipular de esa forma. O, peor aún, han sido tan ruines como para aprovechar cualquier excusa para deshacerse de un enemigo íntimo, simplemente por serlo.

No entiendo si Garzón ha cometido o no el delito que se le imputa. Un delito que se llama "prevaricación" debe ser, por definición, difícil de comprender para alguien no versado e ignorante de leyes como yo. Pero creo que la justicia, los jueces, deberían levantar de vez en cuando la cabeza y mirar... mirar el pasmo y el asombro, y la vergüenza ajena que están generando en la sociedad; mirar cómo son percibidos por los demás; mirar el daño que se están haciendo. Deberían ver claramente que, a pesar de sus tecnicismos, la sociedad está percibiendo que han permitido que unos fascistas hayan apartado a un juez que ha sido el azote de terroristas, narcotraficantes, dictadores y políticos corruptos (de todo signo) durante los últimos años.

No entiendo cómo hay quien se rasga las vestiduras cuando alguien critica cosas como ésta, cuando la gente se manifiesta en las calles para mostrar su desacuerdo con estas decisiones. ¿Es la justicia un poder sacrosanto, intocable? ¿Por qué podemos (y debemos) manifestarnos contra decisiones de los otros dos poderes democráticos y no contra éste? Creo que tanto el poder legislativo como el ejecutivo están comparativamente mucho más saneados, controlados y sujetos a la voluntad popular... lo que ya es decir, con la que está cayendo...

Señores del Tribunal Supremo: ¿no tienen nada más importante que hacer? ¿no hay otros delitos en los que enfocar su valiosísimo tiempo? ¿no hay violadores, maltratadores, estafadores, ladrones, asesinos a los que juzgar y perseguir? ¿consideran que están priorizando correctamente su labor para la sociedad que les paga?

Aquí hay algo raro... algo que apesta...

 

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lunes, 17 de mayo de 2010

¿Por qué no sacamos el dinero del banco?

¿Por qué nos da miedo? ¿Qué nos aportan los bancos a los pequeños ahorradores? Pensémoslo...

Creo que todos tenemos cada vez más claro que quienes no hemos hecho nada para provocar esta crisis en la que estamos somos quienes vamos a acabar pagando sus consecuencias; y, mientras tanto, unos pocos banqueros o financieros o especuladores están sacando un provecho brutal de todo este sinsentido. Y todo ello ante la inacción de la clase política.

Si nos vamos a la teoría, ésta dice que la misión de la banca es guardar nuestro dinero, en primer lugar, y reinvertirlo para que se mueva y genere crecimiento económico, después. Pues vaya... resulta que, como guardianes, no parecen haber sido muy eficaces ¿no? Al menos, no creo que, quienes han perdido sus ahorros porque han quebrado los fondos de inversión en los que su banco les recomendó invertir, piensen que lo han sido...

Por lo que respecta a la tarea de mover el dinero, tampoco parece que lo estén haciendo muy bien... Sobre todo desde que han decidido cortar el crédito a las familias y a las pequeñas empresas, para asegurarse sus propios beneficios. Claro que, como no han cumplido la tarea de "guardar nuestro dinero", sino que lo han perdido, tampoco pueden cumplir la segunda parte ("mover nuestro dinero"), porque no tienen dinero que mover... la pescadilla (o, mejor, serpiente) que se muerde la cola.

Por último, con la caída de tipos de interés y el consiguiente incremento de las comisiones para mantener ingresos, resulta que tampoco obtenemos prácticamente ningún beneficio directo prestándoles el dinero.

¿Por qué seguimos con el dinero guardado en el banco, entonces?

Vista la situación del país (y más allá), donde los pequeños ahorradores y empresarios estamos pagando el precio de la especulación de los grandes grupos financieros, donde todas las grandes palabras de "refundación del capitalismo" se han quedado ya obsoletas y olvidadas, donde cualquier tipo de medida de control o penalización a la banca no puede ni siquiera plantearse, y donde el verdadero poder es cada vez menos político y más financiero, creo que tenemos que plantear alguna medida para volver a una situación más democrática. Por si a alguien se le ha olvidado, democracia significa que el poder radica en el pueblo... un concepto que va más allá de tener elecciones cada cuatro años.

En los siglos anteriores existieron revoluciones sangrientas por situaciones parecidas a la que nos dirigimos. Espero que no haya revoluciones sangrientas nunca más, en ningún sitio; creo que debemos sustituirlas (porque habrá que hacerlas) por revoluciones económicas, financieras.

Una medida que me parece efectiva sería que los pequeños ahorradores retiráramos el dinero de los bancos. De esa forma conseguiríamos meterles en un aprieto, ya que con toda seguridad no tendrán liquidez suficiente como para atender esa demanda (a la que tenemos derecho, sin duda), con lo que se tendrían que declarar en quiebra. No me cabe duda de que, incialmente, sería una situación traumática... algunos bancos tendrían que cerrar, habría gente que perdería su trabajo, incluso puede que se suicidara algún banquero (no creo...). Pero conseguiríamos que se nos escuchara para, por ejemplo, conseguir definir medidas de control que aseguren los ahorros o limitaciones en los movimientos especulativos llevados a cabo por los bancos con un dinero que no es suyo.

Lo bueno de esta acción es que es perfectamente reversible. En el momento en que la situación se reorientara en la dirección deseada, podríamos volver a dejar el dinero de nuevo "en lugar seguro". Mientras tanto, podemos moverlo nosotros mismos, por ejemplo, incrementando el gasto particular, consiguiendo así reactivar la economía "de abajo a arriba", ya que "de arriba a abajo" no lo parecen estar consiguiendo. Otra opción sería invertirlo directamente en deuda pública, al menos temporalmente; no parece que el Estado, hoy por hoy, sea un sitio "menos confiable" que un banco para guardar nuestro dinero (que, seguramente, lo invertirá de la misma forma, pero llevándose una "pequeña" comisión).

Creo que las economías actuales no pueden vivir sin banca; su labor es fundamental mientras decidamos seguir viviendo en un sistema como el que tenemos. Pero no podemos seguir permitiendo que dirijan un país, utilizando para ello un dinero que, para más inri, ni siquiera es suyo, sino nuestro... ahí radica la principal contradicción de todo esto: están utilizando nuestro propio dinero en contra nuestra. Quitémoselo y les quitaremos todo el poder.

PD: Muchas gracias  todos los que habéis llevado este artículo a la portada de Menéame y Bitácoras.

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miércoles, 12 de mayo de 2010

¿Están locos estos gabachos? (affaire France Telecom)

Acabo de recibir un mensaje, de un buen amigo que aún trabaja en France Telecom España, que dice: "Otro, otro, otrooooo", junto con un enlace a un periódico al que, por discrepancias irreconciliables, ni enlazaré ni citaré en este blog. Cuando voy a ver la noticia, me encuentro con que se ha suicidado otro trabajador de France Telecom en Francia.

Leyendo la noticia me encuentro con que entre 2008 y 2009 los suicidios ascendieron a 35, y en lo que va de 2010 ya llevan 13 suicidios y 8 intentos. Es cierto que no deja de ser una forma de reducir plantilla, y que todos los que trabajan o hemos trabajado en esa empresa sabíamos que nuestros compañeros franceses, en general, no andaban muy finos de la cabeza... pero, yo al menos, pensaba que simplemente eran incompetentes, no directamente tontos.

Por un lado no me extraña que estén teniendo problemas. France Telecom, por la información que nos llegaba, está en una situación bastante mala. Es una empresa pública (o casi), muy sobredimiensionada en recursos humanos, que está intentando evolucionar para hacerse más pequeña y competitiva. Hasta aquí, la situación es parecida a la "reconversión" que llevó a cabo Villalonga en Telefónica hace unos años. La diferencia está en que, mientras que en Telefónica el tema se resolvió a base de prejubilaciones (a las que casi nadie se opone), en Francia están intentando llevar a cabo los cambios a base de "mobbing" sobre el personal, para forzar salidas voluntarias y ahorrarse los costes del ajuste.

Lo sorprendente es cómo están canalizando estos problemas las personas que trabajan allí. No parece que suicidarse sea la mejor manera de rebelarse contra esa situación... Reducir el nivel de compromiso con la empresa, una huelga o incluso una dimisión, parecen formas más razonables de enfrentarse a las agresiones que, por lo que parece, están sufriendo por parte de los directivos. Aunque, la verdad, si los directivos de allí son la mitad de incompetentes de lo que parecen cuando vienen por aquí, "es para pegarse un tiro"...

Espero que no cunda el ejemplo y que mis ex-compañeros de FT España no sigan ese camino (al menos no mis amigos), aunque aquí también tengan directivos incompetentes, compañeros poco profesionales y ausencia de objetivos. Queridos amigos, si algún día decidís pasar a la acción y utilizar la violencia, por favor, que no sea contra vosotros mismos... sed solidarios: liquidad gabachos.

Nota: todas las opiniones aquí vertidas deben entenderse como una sátira hacia la estúpida actitud de los trabajadores de FT Francia, y no como una incitación a la violencia... lo aclaro por si lo lee alguno de los actuales directivos de FT España y no lo pilla.

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martes, 11 de mayo de 2010

¿Escapes de crudo? Anda ya...

Navegando por Gizmodo hace unos días, encontré un post en el que se mostraba esta foto de la mancha de crudo que está formando una marea negra en las costas de los USA, vista desde arriba. Una foto bien bonita, diría yo... Pues parece que se está montando cierto jaleo con este asunto y, la verdad, no lo entiendo.

Según parece, una empresa que simplemente estaba tratando de hacernos un favor extrayendo petróleo para nuestros coches, nuestras calefacciones, nuestros ordenadores... cometió algún tipo de error involuntario, y ahora hay un montón de petróleo saliendo al mar en algún lugar de los USA. Bueno, no sé por qué nos preocupamos tanto... los USA están lejos, y tienen mucho mar... seguro que aunque se les manche un poco no pasa nada. Además, esa empresa seguro que tenía todos los papeles en regla y estaban explotando un negocio legal; seguro que cumplen todas las medidas de seguridad, reinvierten sus beneficios en plantar árboles en algún sitio, y eso...

Sí, vale, algunos pájaros se mancharán, y saldrán en la tele todos negros, y darán mucha pena. Algunos peces se morirán. Algunas personas tendrán que cambiar temporalmente de trabajo, dejar de vivir de la pesca, del turismo, y dedicarse a vivir de los subsidios del Estado durante algunos años. Bueno, los USA son ricos, pueden permitírselo, ¿no? Ahí está Obama para arreglarlo... además, ellos generaron la crisis que tenemos encima (nuestros banqueros fueron engañados por otros banqueros más listos y aún más avariciosos).

Lo peor de todo será volver otra vez a asistir a esos pueriles debates en la tele sobre si tenemos que seguir extrayendo petróleo o si debemos centrarnos en terminar de desarrollar energías como la solar o la eólica. Todo el mundo sabe que las tecnologías para aprovechar esas dos fuentes de energía son aún bastante ineficientes, lo que hace que la energía sea más cara. Y por ahí si que no pasamos... ¿pagar más por lo mismo? Anda ya...

O, peor aún, los debates sobre si estamos malgastando la energía de la que disponemos. Que si dejamos la luz encendida, que si cogemos demasiado el coche... Anda ya... ¿por qué tengo que ir andando a por el pan el domingo si puedo pagar la gasolina? Si aún costara 5€ el litro, me lo pensaría, pero ¿al precio que está? ¿Que apague la luz? ¿Que cierre el grifo del agua mientras me afeito? Qué coñazo... Nada, nada... la sociedad del confort, lo bueno que tiene, es eso: el confort. Toda esa energía ahí metida, en el enchufe, sólo esperando a que alguien la use...

Qué pereza... otra vez manifestaciones... otra vez esos desgreñados protestando... Sólo por evitar eso, casi, casi merece la pena que no vuelva a producirse ningún vertido nunca más (¿nunca más? ¿de qué me suena eso?). Anda ya...

Ah, qué agonía... Ya está bien, hombre. Déjennos exprimir esta sociedad que tanto nos ha costado construir. Y si dura poco, pues qué se le va a hacer; algún día tendrá que acabarse, eso seguro. ¿No se acabaron también las antiguas grandes civilizaciones? ¿O es que los Incas también usaban mucho el coche? Bah... qué sabrá toda esa gente. Si total, al final, todo se arregla siempre, ¿para qué cambiar nada? Porque esta vez también se va a arreglar, ¿no?

Tanto lío por un poco de petróleo y cuatro peces menos... Anda ya...

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miércoles, 5 de mayo de 2010

Spotify para libros, ya !!!!!!!

Día a día vemos cómo los sitios que promueven el intercambio de libros electrónicos crecen y se hacen más presentes, con más publicidad, anticipando el negocio que se formará en unos meses. Y, mientras tanto, el negocio tradicional sigue inmóvil...

Hace algunos días escribí este otro post en el que reflexionaba sobre el camino que está llevando el (no) negocio de los libros digitales, y su paralelismo con lo ocurrido con la música en los últimos años. Después de leer algunos otros post interesantes sobre el tema y de haber mantenido un interesante intercambio de opiniones aquí, me ha parecido que el asunto daba para un poco más.

Me gustaría avanzar ahora en la línea de cuál sería el modelo de negocio ideal (no sé si, incluso, el único). De una lectura cuidadosa del título de este post se puede entrever por dónde va mi idea de evolución ideal: tarifa plana, buffet libre... modelo Spotify, o casi.

Veamos: ¿cuántos libros se puede leer una persona media en un año? Salvo para la gente que se dedica de forma más o menos profesional a la literatura, yo diría que dos al mes es el máximo (sí seguro que mucha gente lee más, pero también hay mucha gente que lee menos); suponiendo que alguno no lo terminemos porque no nos gusta (ocurre), creo razonable partir de un máximo anual de 30 libros. No parece un volumen excesivo...

El precio de las ediciones de bolsillo ronda los 10€, por lo que estamos hablando de un gasto anual en torno a los 300€. Es un gasto, en mi opinión, tan significativo que hay muchos lectores que no pueden permitírselo, ni tampoco el espacio que ocupan los libros en casa; es el público que recurre al intercambio privado, a las bibliotecas o que, simplemente, lee menos de lo que le gustaría. Es el público potencial del intercambio "alegal" en formatos digitales (no sé si llamarlo piratería).

Pero, ¿qué ocurriría si, de pronto, dispusiéramos de un servicio de tarifa plana? ¿Qué ocurriría si pudiéramos acceder a todos los libros que quisiéramos (o que pudiéramos leer, que no parecen ser tantos) por un coste fijo al mes? Este servicio sin duda atraería a todos esos clientes ávidos de lectura pero con medios limitados. Especialmente si cuenta con algunas características básicas como:
  • Cuota mensual, con libre acceso a los contenidos. Obviamente, aquí aparecen distintas variantes, diferentes tarifas para perfilar a distintos usuarios: 
    • Inmediatez: publicaciones recientes o con cierto tiempo en el mercado.
    • Idioma: uno o varios.
    • Formato: uno o varios.
    • Límite anual de descargas: 10, 20, 30... ilimitado.
    • Publicidad: sí o no y en distintos grados o formas.
  • Contenidos garantizados, en cuanto a su integridad (no han sido manipulados).
  • Contenidos accesibles en diferentes tipos de tiendas: sitios web sí, pero también kioskos en grandes superficies, contenidos cargados en soportes físicos en tiendas, promociones asociadas a otros productos, etc.
  • Contenidos accesibles en modo "off line".
En este escenario, se maximizaría el acceso del público a la lectura sin ser necesarios controles técnicos especialmente complejos, ya que:
  • No sería necesario el alquiler. ¿Por qué alquilar pudiendo comprarlo y tenerlo todo el tiempo que quieras? Facilitaría releer los libros que te interesen...
  • No habría apenas intercambio privado. ¿Por qué pedírselo a un amigo pudiendo bajármelo yo?
  • La piratería sería muy residual. ¿Por qué arriesgarme con un contenido tan fácilmente manipulable si con la cuota mensual cubro el 90% de mi demanda? Por supuesto siempre habrá gente que se arriesgaría, y que pensaría que mejor no pagar nada que algo; pero en mi opinión sería una masa insuficiente para desarrollar un negocio paralelo como ocurre ahora con la música, por ejemplo.
  • Al no haber apenas piratería, no sería necesario seguir invirtiendo en estrategias de DRM que han fracasado estrepitosamente en la música y el cine (que se lo pregunten a Apple, que tuvo que quitar el DRM de iTunes porque lo único que generaba eran costes adicionales).
  • Los ingresos tendrían lugar en modo "prepago", por lo que esto traería una capacidad de financiación muy interesante a la industria.
Sin embargo, por supuesto, el modelo tiene riesgos:
  • Coste de la tarifa. Obviamente, el coste debe ser suficiente para garantizar la pervivencia del mercado (manteniendo la distribución de porcentajes que pacten las distintas partes involucradas), pero suficientemente baja como para no frenar la demanda. Un buen perfilado de tres o cuatro tarifas (no convirtamos eso en algo parecido a la telefonía móvil) puede ser suficiente.
  • Ventana de oportunidad. El negocio debe desarrollarse antes de que los usuarios nos acostumbremos a tener contenidos gratis; una vez que pruebas el "gratis total" será muy difícil que vuelvas a pagar, aunque sea poco. Y ese momento es ahora.
  • Segmentación en diferentes proveedores incompatibles. Es decir, que los distintos actores no se pongan de acuerdo en un mercado único y que, por ejemplo, la tarifa plana de las publicaciones de cierta editorial no valgan para las de otra, o que las tarifas planas dependan de las tiendas (en este modelo las tiendas deberían aportar únicamente la plataforma de comercialización, escaparate, publicidad, etc; pero respecto a la tarifa plana, deberían ser simples gestores).
El hecho de incorporar nuevas tecnologías simplificará, además, el acceso de más escritores al gran público, ya que la inversión inicial para publicar tendría que ser mucho menor (una vez montada la infraestructura básica, incorporar más autores, más contenidos, no debería suponer un salto cualitativo en costes). Eso por no hablar de que no será necesario definir tamaños de ediciones a priori; una vez finalizada la obra, se distribuye y se empiezan a contabilizar las ventas. Y seguro que se mantienen plataformas de distribución paralelas para contenidos gratuitos, igual que hay ahora.

Además, si se consigue que no exista competencia entre plataformas de distribución (por ejemplo, autorizando una única plataforma por país a la que puedan suscribirse editoriales y tiendas), el reparto de beneficios debería ser absolutamente variable en función de ventas. Es decir: los autores con más ventas cobrarían más, pero también las editoriales que contaran con los mejores autores, así como las tiendas o canales de distribución que generaran mayores ingresos.

¿Es un modelo perfecto? Seguro que no... posiblemente los actores implicados preferirían seguir con el modelo actual, que conocen, que saben gestionar... con el que se sienten cómodos en definitiva (y que creo que es el que ha elegido, de momento, Apple para la tienda de libros que acaba de abrir para el iPad). El problema es que el modelo actual, igual que ocurrió con la música, está definitivamente acabado. Un modelo de tipo "tanto uso, tanto pago" no sirve porque mantiene las limitaciones del modelo actual: disuade del consumo e incita a buscar contenidos gratuitos (legales o no). Si se empeñan en mantenerlo pueden vivir de las migajas unos años más, pero el desarrollo del libro electrónico está lanzado y no va a pararse; los fabricantes de dispositivos van a seguir apostando y desarrollando este nuevo mercado.

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Externo: Libranda 

martes, 4 de mayo de 2010

¡¡ Vengan velos !! ¡¡ Más madera !!

Bueno, pues ya estamos de nuevo con el tema de los velos, y el enfrentamiento entre libertad y respeto, entre tradiciones de unos y de otros, entre globalidad y localidad (en algunos casos, localidad ajena).

Acabo de leer la noticia de que una concejal (no mencionaré el partido poque no quiero politizar este post y porque creo que en este caso no es relevante; quien tenga curiosidad puede verlo en la noticia) ha dejado su cargo porque se sentía discriminada por su propio partido, al insistir en llevar el velo islámico. Y, pásmense, ¡¡¡ se ofrece a otros partidos que la quieran acoger !!! (supongo que aprovechando su reciente fama). Pero adónde vamos a llegar...

Señora concejala: lleva usted casi dos legislaturas completas ejerciendo su derecho a llevar velo. ¿Se ha dado cuenta después de más de cinco años en ese partido y en la política, que estaba siendo discriminada? ¿No habría sido más fácil para su partido, en ese caso, no presentarla a las segundas elecciones? ¿Si sospechaba que sólo la querían "por la foto", no habría sido más ético renunciar o buscar otro partido entonces?

Y no termino de entender eso de ofrecerse a otro partido... entiendo la política como la defensa de unas ideas, de unas formas de actuar, comunes con el resto de integrantes de su partido, y divergentes con el de los otros partidos. ¿Sería usted capaz de pasarse a la oposición? Creo que en este caso la oposición no ha aceptado su ofrecimiento, lo que en mi opinión les honra; de haberlo hecho, sí que estarían claramente persiguiendo "hacerse la foto".

De nuevo nos encontramos una situación en la que el derecho de una persona a vestir como quiera (no hablemos de religión, por favor) se utiliza para generar una "polémica de la semana" que nos distraiga de las cosas importantes que a todos nos preocupan. Ese descenso del paro, esa situación de Grecia, la marea negra en USA... De nuevo nos encontramos con que algunos pretenden generar polémicas y conflictos donde no los hay.

Bueno, no gastemos más tiempo en esto. No merece la pena (y prometo no volver a escribir sobre velos en un tiempo).

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lunes, 3 de mayo de 2010

Pulseras para listos

Supongo que todos sabéis a qué pulseras me refiero, ¿no? Sí, a esas, a las maravillosas... a las inigualables... a las mágicas... a las milagrosas... ¡¡¡ Power Balance !!! (e imitaciones, claro).
¿Quién no conoce a alguien que las tiene? Yo conozco a dos personas que hace meses que las llevan y ya me habían hablado de ellas y de sus increíbles efectos en tu equilibrio físico y mental, tu flexibilidad... además de a varios candidatos que se quedaron absolutamente fascinados. Uno de ellos ya hace algún tiempo que no la lleva pero el otro, la semana pasada, aún sí la lucía en su muñeca; me pregunto cuánto tardará en quitársela después de la última polémica...

Que si te demuestran con algunos ejercicios su efecto inmediato en tu equilibrio, que si algo deben tener cuando están prohibidas en el deporte profesional (al final resultó ser un problema de sponsorización, sin más)... y eso sin hablar de las explicaciones que dan sus "inventores": unas misteriosas "emisiones holográficas", con frecuencias indetectables capaces de influir sobre tu cuerpo sin siquiera tocarlo (de hecho, hay versiones que no son pulseras sino "cosas" que se llevan en bolsillos). Pura magia... puro arte...

Estaba discutiendo ayer con un amigo que opinaba que a veces es fácil "forrarse" con este tipo de inventos. Yo, sinceramente, no creo que sea así; este tipo de cosas lleva su tiempo, su esfuerzo, su inversión. Para ser capaz de vender humo tienes que tener, en primer lugar, muchos contactos (no hay mejor marketing que el "boca a boca"), cuanto más influyentes, mejor; además, tienes que pagarles muchas comidas, fiestas y, seguramente, otras cosas menos claras, lo que necesita una fuerte inversión. Y tienes que tener paciencia y ser muy persistente: no creo que sea fácil, con la información que tiene todo el mundo hoy en día, vender nada disfrazado de algo. La gente, por estar cada vez más conectada y más informada, es cada vez menos crédula.

Supongo que, dentro de unos pocos años, este caso se estudiará en las famosas "escuelas de negocios" (sí, esas mismas escuelas de negocios que formaron a los ejecutivos que han generado esta crisis en la que estamos). Yo, personalmente, lo llevaría a "escuelas de telepredicadores" o a "escuelas de mesías"... y posiblemente también a "escuelas de tontos".



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