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miércoles, 4 de agosto de 2010

Prohibido (no) prohibir

Tengo la impresión de que cada vez que leo la prensa me encuentro con más críticas al hecho de que algún gobierno prohiba cosas. Parece cierto, lícito, entendible, que algunas de las cosas que se prohiban nos resulten más o menos adecuadas, o estemos más o menos de acuerdo con ellas... pero de ahí a retirar al gobierno (cualquier gobierno) la legitimidad para prohibirlas, hay un trecho... los dos ejemplos recientes en los que estoy pensando son la cuestión taurina catalana y la ley anti tabaco.

Lo curioso (bueno, más bien lo humano) es que muchas de las personas que ahora se levantan contra la capacidad del parlamento catalán para prohibir las corridas de toros o del gobierno para prohibir fumar en lugares públicos, no han tenido la misma energía para levantarse contra, por ejemplo, la prohibición de consumir alcohol en la calle (la "ley antibotellón"), o cuando se ha retirado la prohibición del aborto, por ejemplo. Claro, con una están en desacuerdo, pero con las otras no... curioso (humano).

Desde mi punto de vista, un gobierno (cualquier gobierno) o un parlamento (cualquier parlamento) tienen la legitimidad de prohibir (o "desprohibir") aquellas cosas que le permitan las normas de nuestro estado; a eso yo le llamo "gobernar" (también se le podría decir "hacer su trabajo"). Si nuestro marco legal le permite al parlamento catalán establecer el debate, ejecutar la votación y prohibir las corridas de toros en su territorio, creo que tienen toda la legitimidad para hacerlo. Esa y cualquier otra prohibición que consideren mayoritaria y legalmente adecuado imponer o levantar. Podemos quejarnos, podemos manifestarnos, podemos no estar de acuerdo... pero le hemos dado a ese órgano de gobierno la capacidad de hacerlo.

Y que conste que, aunque me considero antitaurino, no estoy especialmente de acuerdo con esta prohibición; creo que el arraigo de los toros en cataluña es tan bajo, que, a poco que se hubieran "desincentivado", se habrían apagado solos, igual que ocurre en otras comunidades sin tradición taurina. Pero leer las cosas que estamos leyendo últimamente, como que este tipo de prohibiciones restringen el estado de derecho, que son dictatoriales, que excluyen a las minorías, que van contra la cultura... son, además de pura demagogia, estupideces.

Claro que, si vamos a poner en tela de juicio la capacidad de nuestros gobiernos para prohibir cosas, propongo que empecemos por otras, quizá más, digamos, "populares":
  • Quitemos la obligación de utilizar el cinturón de seguridad en el coche.
  • Anulemos la prohibición de las drogas.
  • ¿Por qué prohibir el baño con bandera roja en las playas?
  • Nada de prohibir el alcohol a los menores.
  • No prohibamos subir en moto sin casco.
Todos estos (absurdos) ejemplos se corresponden con cosas que algún día estuvieron permitidas (es decir, constituyeron una libertad individual), y que hoy en día nos parecen completamente inasumibles. Creo que con los toros o el "fumeteo" en público algún día ocurrirá lo mismo... todos recordaremos con tristeza (o extrañeza) aquellos tiempos en que algunos se dedicaban a aplaudir a unos señores ridículamente vestidos que torturaban a un animal en público (eso sí, con mucho arte), mientras ahumaban a otro señor sentado a su lado.

Espero que nuestros gobiernos afronten los retos que les va imponiendo la sociedad tal y como han hecho en este caso; con algunos de ellos estaremos de acuerdo, y con otros no. Pero, en mi opinión, siempre que nos mantengamos dentro del marco legal actual, más que hablar de "legitimidad" de los políticos, deberíamos hablar de "obligación".

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12 comentarios:

  1. En general, estoy más que de acuerdo con el post. Enhorabuena por el blog, por cierto.

    En lo que no estoy de acuerdo, sin embargo, es en que «el arraigo de los toros en cataluña es tan bajo, que, a poco que se hubieran "desincentivado", se habrían apagado solos». Si algo está mal, está igual de mal le queden 10 años o le queden 100.

    No parece ser un buen argumento en contra de prohibir algo el que ese algo esté a punto de desaparecer. En primer lugar, porque no podemos saber a ciencia cierta si al final desaparecerá o, lejos de lo que cabría imaginar, resurgirá de sus cenizas. En segundo lugar, porque la tortura es igual de injustificable en las semanas anteriores a su desaparición como en las semanas posteriores.

    Yo creo que la violencia de género acabará por desaparecer, al menos su vertiente más homicida, pero no pienso esperarme a que eso ocurra para prohibirla ;-)

    PD. No obstante, me gusta eso de "desincentivar". Exceptuando los casos que suponen un perjuicio tan grave para otros seres (como es el caso de las corridas de toros), estoy a favor de esa estrategia.

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  2. Gracias por comentar.

    @Hugo: Por continuar la discusión un poco más, algunas veces prohibir algo, aún siendo la decisión correcta, nos lleva a que aparezca una reacción muy fuerte en contra, lo que tampoco ayuda. En el caso de los toros, estamos viendo como algunos políticos están haciéndose fotos en corridas de toros simplemente por desligarse de esa decisión...

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  3. Pues la verdad es que respeto profundamente la opcion suya de antitaurino como espero que se respete la mia como taurino. Lo que no me encaja es su concepcion del hecho de prohibir.
    Me pueden aconsejar que el tabaco es malo, que lo es, pero dejeme usted que fume si me da la gana. Si usted no lo quiere hacer perfecto. Lo mismo le digo de las drogas.
    Me puede decir que conducir sin cinturon o sin casco es peligroso, que lo es. Pero si me doy de frente con un arbol y no lo llevo puesto, el que se va para el otro lado soy yo y no usted. Y que conste que ni me drogo y ademas cumplo con todas las normas de seguridad.
    Y con los toros, si a mi me gusta ir... ¿Quien es usted ni ningun politico para impedirme ir?
    Lo unico que pido en esta vida es un poco mas de tolerancia y respeto con el que no piense como ustedes.
    Por cierto, enhorabuena por el blog

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  4. Las prohibiciones deberían conseguir que la sociedad se encuentre algo más segura. Las normas son para nuestro bien, aunque no todas caigan a gusto de algunos ciudadanos.

    Creo que siempre habrá algo de polémica con las prohibiciones, aunque tampoco habría que dejar a la gente lo que le venga en gana, sino sería como ir hacia atrás en el tiempo, no?

    Lo mejor es buscar un equilibrio, pero no siempre es fácil desde luego.

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  5. Estoy totalmente de acuerdo. Lo considero una buena reflexión para un tema de actualidad, en la que se manifiesta el amor a la libertad.
    Después de revisar tu blog, me ha parecido interesante para mi blog, por lo que he añadido un enlace entre el bloque de temas considerados de interes.El blog es: http://marketingponce.blogspot.com/

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  6. Marin, llego tarde, pero te contesto a algunas cosas:

    Y con los toros, si a mi me gusta ir... ¿Quien es usted ni ningun politico para impedirme ir?

    Y con los perros, si a mí me gusta pegarle al mío y a los callejeros que me encuentro por la calle... ¿Quién es usted ni ningún político para impedirme hacerlo? ¡Coherencia!

    Lo unico que pido en esta vida es un poco mas de tolerancia y respeto con el que no piense como ustedes.

    Yo te tolero y te respeto. Critico tus ideas, lo cual es muestra de tolerancia y de respeto. De tolerancia porque creo en la libertad de expresión, y de respeto porque muestro interés por ellas. Tanto es así que le dedico gran parte de mi tiempo a criticarlas, ya sea aquí o en otros blogs. Lo que no tolero ni respeto, sin embargo, es que tortures y mates (o lo consientas) a un herbívoro indefenso porque con tu tiempo libre haces lo que quieres. Puedes escribir libros sobre tauromaquia, crearte un blog, hacer una película sobre Manolete o soñar con corridas de toros celestiales, pero lo que no puedes hacer es hacerlo de verdad, del mismo modo que yo no puedo hacer una corrida de perros en mi finca, pero sí imaginarme cómo sería una e incluso reivindicarla; o del mismo modo que los neonazis (salvando las distancias) pueden manifestarse en la calle pero no pueden hacer realidad sus fantasías más perversas.

    Tenemos que construir la ética entre todos, y no me vale aquello de "yo es que no pienso como tú, a mí no me mires". Un gran poder conlleva una gran responsabilidad :)

    Un saludo.

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  7. Gracias a todos por comentar.

    @Hugo: Muchas gracias por tu comentario, con el que coincido (también en la frase final, de "nuestro querido vecino Sp...").

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  8. La verdad es que me alegro de que se prohíba fumar, porque la gente no ha hecho buen uso de esa libertad individual. Dile a unfumador que te molesta, que te dirá que te vayas del bar (no todo el mundo pero sí una gran mayoría)

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  9. Coincido plenamente con las ideas expuestas en este artículo, también soy antitaurino aunque pienso que no era necesario una prohibición expresa ya que es una tradición que irá mueriendo por si sola, pero en el tema del tabaco era necesaria una ley que regulara los espacios libres de humos, es decir cualquier lugar público y acotado por 4 paredes y un techo ya que por lo que se ve ningún gobierno del mundo es realmente capaz de mirar por la salud únicamente lo que conllevaría la prohibición total de esta droga que mata a 60 mil personas al año en España...saludos

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  10. La libertad que se vulnera no es la del fumador, que puede seguir fumando libremente donde se permite hacerlo, sino la de los dueños de bares y restaurantes.
    Leo algunos ejemplos de prohibiciones pasadas, algunas claros de recorte de la libertad individual como ponerse el casco o el cinturón (no hablo de ponerselo a los niños, que es una responsabilidad, digo a uno mismo). Las drogas son una sustancia ilegal. El tabaco no y si los Estados fuesen coherentes debería estar prohibido tal como es, no entiendo cómo se permite la comercialización de un producto de consumo que provoca cancer. Pero esto no se trata. Es más sencillo enfrentar a la sociedad sin que se toque la raiz del problema, recortar de paso algunas libertades, y concluir el asunto como una señal de progreso.
    En defensa de la seguridad hoy te pueden detener como sospechoso de terrorismo sin que tengas derecho a nada, eso sí, por el bien de todos. Cuidado con los medios, por muy loable que sea el fin.

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  11. No estoy de acuerdo con esta generalización tan enorme. Prohibir en algunos casos es una estupidez, en otros es bueno y en otros es necesario. Cada prohibición, por lo tanto, es susceptible, primero, de ser discutida y, segundo, de ser considerada o no adecuada.

    Los fumadores ya han sido clasificados como enfermos y todos estamos de acuerdo en que el tabaquismo es una enfermedad clasificada dentro de las dependencias. Sinceramente, no creo que se pueda prohibir a un enfermo seguir estando enfermo (o condenarlo a recluirse en su casa por estar enfermo). Que yo sepa el tratamiento sanitario es la única solución posible para acabar con el problema. Ahora bien, es una solución muchísimo más cara, por supuesto.

    En cuanto a las otras prohibiciones que comentas, prohibir viajar en moto sin casco es razonable y facilísimo de cumplir hasta por el más gilipollas de los mortales. ¿Prohibir los toros? Eso me parece patético, o bien prohibimos la crueldad animal, y dentro de ella incluimos una relación de actos entre los que se encuentran los toros (tanto las corridas como los encierros, toros embolados, etc.), o bien lo dejamos todo como está. Esa medida sólo pretende llamar la atención y generar una polémica que sólo puede inducir a pensar que hay gato encerrado, que se quiere desviar la atención de los verdaderos problemas y cuestiones de este tipo que tan bien defienden los que creen en la confabulación universal. Para mí no es más que una chulería política, pero incluso siéndolo también es una prohibición sencilla de cumplir.

    Yo creo que, puesto que el Estado quiere acabar con el tabaquismo, la solución pasa por buscar la forma de ayudar a los fumadores a dejarlo, buscar estudios médicos y sobre todo informar de las consecuencias constantemente, tanto en los medios de comunicación como en los centros de salud, al igual que se ha hecho con el sida, por poner un ejemplo.

    Saludos.

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