Y así llegamos, como cada año, a nuestras queridas rebajas. Esa temporada, comercial por excelencia, que continúa a la temporada comercial por excelencia. Cuando, aún no hartos del empacho de consumo, muchas veces sin sentido, que nos hemos dado durante las navidades ("¿qué le regalo a fulanito?"; "tengo que encontrar algo para menganita"), volvemos a acudir, so pretexto de la ganga, del 99% de descuento, a nuestro lugar de ocio favorito: los centros comerciales.
Y buscamos ocultar en esas compras, casi, casi compulsivas, nuestras preocupaciones y derrotas, la crisis, el paro. Olvidarnos durante un rato, en esas modernas plazas del pueblo que ahora son las galerías comerciales de las afueras de las ciudades, de las penurias de nuestro día a día, sustituyéndolas por escaparates, probadores y colas en las cajas.
Y es que un período que estaba destinado a hacer más llevadera la "cuesta de enero", a base de liquidar a precios reducidos productos que no se habían vendido en temporada, se ha erigido, por derecho propio, en la temporada comercial más importante del año (bueno, una de las dos, que también hay rebajas de verano), en la que referencian los comerciantes la marcha del año pasado y el arranque del actual. Ya no se trata de dar salida a gangas... ahora se diseñan productos exclusivamente para ser vendidos en estas fechas.
Y no andan muy descaminados quienes consideran a estos momentos como los adecuados para tomar el pulso a nuestra ya querida crisis (digo yo que será querida, porque si no, no se entiende qué hace todavía en casa). Por un lado, quienes han perdido su empleo, evidentemente, tendrán que reducir el volumen de sus compras. Por otro, quienes aún disponen de ingresos "pre-crisis", prefieren gastarse su dinero en lugar de ahorrarlo, no vaya a ser que al final sí quiebren los bancos y se lo lleve todo el demonio... que me quiten lo "bailao".
Y, como los años anteriores, y los siguientes, volveremos a salir a la calle, sin un rumbo demasiado fijo, a mirar, a buscar, tal vez a encontrar algo que ¿necesitemos? O, por qué no, simplemente a evadirnos, que bien merecido que nos lo tenemos con la que está cayendo y lo que estamos tragando.
Y que ustedes lo pasen bien; pero cuidado con lo que encontramos, porque ya Sabina, en sus buenos tiempos, cantaba aquello de "buscando en las rebajas de enero / encontré una morena bajita que no estaba mal". Y perdónenme la incorrección.
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