La primera de ellas se llama Inside Job, y es la más conocida (incluso creo que obtuvo un Oscar al mejor documental el año pasado). Es bastante técnica, pero creo que cualquier persona con una cultura media es capaz de darse cuenta de la terrible estafa de la que estamos siendo víctimas. Sin entender totalmente lo que es un CSD (yo, desde luego, no lo entiendo), es fácil entender cómo una serie de altos directivos de bancos, aseguradoras y empresas de rating se han llevado una cantidad indecente de millones de dólares (¡¡cientos de millones!!) simplemente en bonus. No han arriesgado nada, no han apostado en bolsa, sino que se han dedicado a realizar operaciones muy arriesgadas con el dinero de sus clientes y, en algunos casos, incluso indecentes (me refiero a cuando empezaron a prever el desastre y se dedicaron a recomendar inversiones a sus clientes con el conocimiento de que les llevarían a la ruina).
Y todo este gran follón se resolvió con estos individuos en la calle (qué digo en la calle, recolocados en otras empresas después de haber hundido las suyas), sin haber devuelto un sólo dólar de los millones que se llevaron inmerecidamente, y con los gobiernos asumiendo como públicas una deuda y unas pérdidas que eran absolutamente privadas.
La segunda peli que quiero recomendaros la podéis encontrar en YouTube y se llama Debtocracy. Tiene un enfoque muy similar, pero se orienta más hacia los desmanes que los gobiernos se generan unos a otros a través de la deuda. Cuenta claramente cuál es la situación actual de Grecia, donde para pagar una deuda que no necesitaban, están impidiendo que los ciudadanos tengan unos servicios públicos dignos y mínimos.
Es especialmente interesante de este caso la idea de que la deuda contraída por los gobiernos bajo ciertas condiciones, puede ser legalmente cancelada. También es interesante la idea de que Alemania y Francia están obligando a Grecia a emplear una buena parte de esa deuda en la compra de productos (alemanes y franceses, claro) absolutamente innecesarios ahora mismo, como son aviones de combate, submarinos, etc. Pensándolo bien, no deja de ser una subvención ilegal de Francia y Alemania a sus empresas armamentísticas, que además les reportará intereses a largo plazo... jugada redonda.
Aparte del cabreo que se te queda después de haber visto ambas pelis, yo personalmente he extraído tres ideas:
- Asumir como pública la deuda de empresas privadas es una muy mala idea, especialmente si no se asumen también los activos.
- En algún momento Grecia se planteará lo que ya hicieron los ecuatorianos hace cinco o seis años: no devolver la deuda en primer lugar, y mandar al Euro a la mierda en segundo.
- Las remuneraciones a corto plazo para altos directivos deben estar compensadas con idemnizaciones a medio plazo en el caso de que se vuelva a destapar una estafa de este tipo.
Ya se pueden meter doña Merkel y don Sarkozy su Euro por donde les vaya cabiendo...
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